El Diario del Bebé.
Las mujeres embarazadas se encuentran en un grupo de alto riesgo para sufrir enfermedades alimentarias debido a la alteración que sufre su sistema inmunológico en los meses de gestación. Esto supone que será más difícil combatir ciertos microorganismos dañinos presentes en los alimentos que pueden afectar a la futura mamá y a su bebé en desarrollo.
Desde el Departamento de Alimentación y Fármacos de Estados Unidos (FDA, según sus siglas en inglés) se ha creado en su sitio web un apartado dedicado a las mujeres embarazadas donde se puede acceder a información y consejos sobre seguridad alimentaria durante el embarazo, y de los cuales reproducimos a continuación los aspectos más importantes.
PRECAUCIONES BÁSICAS
1. Seguir a conciencia las cuatro reglas básicas de la seguridad alimentaria:
2. Ser consciente del metilmercurio: es un metal que puede encontrarse en el pescado, incluyendo pez espada, tiburón, caballa rey y panga. Si lo consume una mujer embarazada puede ser perjudicial para el feto, con lo que es mejor optar por otras clases de pescado.
3. Evitar la listeriosis: esta infección está causada por la listeria monocytogenes, una bacteria dañina que puede encontrarse en alimentos preparados con leche no pasteurizada; alimentos refrigerados listos para comer; y frutas y vegetales frescos contaminados. Una refrigeración rápida a 4,4ºC o inferior es crucial para evitar la listeriosis al igual que tirar cualquier alimento que se haya dejado a temperatura ambiente durante más de dos horas (y seguir las cuatro reglas básicas señaladas en el punto 1).
4. Evitar el toxoplasma gondii: este parásito se encuentra en la carne poco cocinada o cruda, productos agrícolas sin lavar, agua contaminada, suelo y la caja de arena de los gatos cuando está sucia. (Consulta el artículo '9 preguntas sobre la toxoplamosis').
COMER FUERA DE CASA
Comer en un restaurante puede ser una experiencia agradable pero durante el embarazo hay que tener especial cuidado con que los alimentos servidos sean seguros. Estos son algunos consejos a tener en cuenta en nuestras salidas gastronómicas:
1. Limpieza como punto de partida: cuando entremos en un restaurante es recomendable examinar el local e incluso donde nos vamos a sentar, y si no está limpio se debería considerar cambiar de lugar. Además, hay que lavarse las manos con agua y jabón antes de comer, y si esto no fuera posible utilizar toallitas con base de alcohol o alguna fórmula en gel para la limpieza de las manos.
2. Examinar el menú con cuidado: al comer fuera no está de más recordar que pueden existir bacterias dañinas escondidas en algunos alimentos del menú, así que hay que prestar atención al tipo de comida que hay en él y cómo está preparada.
3. Muy hecho, por favor: la comida debe estar siempre lo suficientemente cocinada, en especial carne, aves, pescados y huevos. Cuando se sirva una comida guisada, debe estar muy caliente y cocinada por completo. Si parece templada, devuelve el plato.
4. Optar por lo crudo es arriesgado: el pescado crudo, como el sushi o el sashimi, o los alimentos hechos con pescado crudo son más propensos a contener parásitos o bacterias que los alimentos realizados a partir de pescado cocinado. Es mejor evitar también aleta de tiburón y moluscos, incluidas ostras, almejas y mejillones.
5. Lo que no hay que pedir: siempre que no exista seguridad sobre los ingredientes de un plato en particular, lo más recomendable es preguntar al camarero que nos atiende antes de pedir. Si entre los ingredientes del plato o los elementos del menú se encuentran alguno de los siguientes es mejor elegir otra opción:
6. Comida para llevar: si se compra cocinada y caliente para llevar debe llevarse a casa con rapidez y comerla al momento. Los alimentos fríos deben comerse dentro de las dos horas siguientes a la preparación, almacenarlos en el refrigerador o congelarlos para comerlos en otro momento.
No hay que dejar los alimentos a temperatura ambiente, si no se van a comer en dos horas se pueden mantener calientes en el horno con una temperatura de 93ºC o superior. Cubrir la comida ayudará a mantener la humedad y el calor. Un termómetro para alimentos ayuda a asegurar que la comida mantiene una temperatura interna de 60ºC.
7. La 'zona de peligro': es el rango de temperatura en el que las bacterias pueden crecer, normalmente entre 4 y 60ºC. Por seguridad alimentaria, es importante mantener los alimentos por debajo o por encima de esta 'zona de peligro'. Es útil recordar la regla de las dos horas: tira cualquier producto perecedero (alimentos que puedan estropearse o contaminarse por bacterias si no están refrigerados) que se quede a temperatura ambiente más de dos horas. Cuando las temperaturas está por encima de los 32ºC es mejor tirar la comida después de una hora a temperatura ambiente.
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