El Diario del Bebé.
La llegada del verano supone un cambio de vestuario, de actividades, de horarios y, cómo no, de alimentación. El calor de estos meses nos obliga a prestar especial atención a la dieta de los más pequeños que, por lo general, suelen tener menos apetito. Además, al realizar mayor actividad física es necesario adecuar el menú para que no les falte de nada.
PAUTAS PARA UNA BUENA ALIMENTACIÓN EN VERANO
El verano ofrece muchas posibilidades para una alimentación sana y equilibrada. Estas son algunas ideas para que los niños gocen de buena nutrición también en la estación estival.
6 CLAVES A TENER EN CUENTA
#1. Si el bebé tiene menos de seis meses y todavía no ha comenzado la alimentación complementaria, las tomas de pecho deberían ser más frecuentes y las de biberón reforzadas con agua mineral. Además, respecto a la leche de fórmula hay que tener en cuenta dos opciones:
#2. Ofreceremos a los niños agua fresca a menudo, especialmente tras la exposición al sol. Los zumos y batidos naturales les mantendrán bien hidratados aportándoles los nutrientes necesarios para crecer sanos y fuertes. Ojo con las bebidas muy frías si están sudando o en plena digestión ya que podrían sentarles mal.
#3. Es recomendable que coman frecuentemente pequeñas cantidades de alimentos. Aumentaremos la ingesta de verduras y frutas frescas: son ricas en fibra y bajas en calorías, por lo que evitan el estreñimiento y la obesidad. Las formas de cocción ideales son al vapor, al horno y en papillote. Como condimento, aceite de oliva o limón; fuera de casa evitaremos la mayonesa y la nata.
#4. Es normal relajarse un poco en esta época, pero en el tema de la alimentación conviene establecer a los niños un horario vacacional y respetarlo. Por otro lado, enseñarles a masticar despacio favorece la digestión, evita los gases y otros problemas intestinales.
#5. Antes de bañarles en el mar o en la piscina, hay que respetar el periodo de digestión: entre hora y media y dos horas. Un corte de digestión puede ocasionar dolor abdominal, náuseas, vómitos y pérdida de conocimiento.
#6. Cuidar que los alimentos no pierdan la cadena de frío y extremar las precauciones en el transporte y almacenaje de la comida del bebé ya que en verano aumenta el riesgo de intoxicación alimentaria. Asimismo, aumentaremos las medidas de higiene a la hora de preparar los alimentos. En el caso de frutas y verduras es imprescindible lavarlas y pelarlas bien.
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