La responsabilidad de ser padres comienza desde el mismo momento en que nos planteamos la posibilidad de serlo.
La futura mamá deberá cuidarse, tanto por su propia salud como por la del bebé. El papá también deberá revisar sus hábitos alimentarios y vigilar el consumo de alcohol y tabaco, ya que pueden repercutir negativamente en la salud de su futuro hijo.
Aunque existen otros factores que pueden influir en el embarazo, en este artículo únicamente nos centraremos en los relativos a la salud.
LA VISITA AL GINECÓLOGO
Si estás pensando en quedarte embarazada, es conveniente hacer una revisión ginecológica completa para poder solventar cualquier alteración que pudiera aparecer.
Se recomienda hacer esta visita unos tres meses antes de empezar a buscar el embarazo, de tal manera que podamos comenzar a tomar ácido fólico con el tiempo suficiente para prevenir ciertas anomalías.
Según numerosos estudios, el ácido fólico ayuda de un modo muy eficaz a prevenir anomalías congénitas en el cerebro y en la médula espinal del embrión, denominadas anomalías del tubo neural (espina bífida, anencefalia, encefalocele). También reduce el riesgo de labio leporino y malformaciones en extremidades. Por otro lado, ayuda a que el cuerpo de la mujer fabrique los glóbulos rojos extra que necesitará durante estos meses.
También informaremos al ginecólogo sobre datos relevantes como el historial clínico personal y familiar para que pueda orientarnos sobre cómo llevar un embarazo saludable. Es posible que además nos recomiende la ingesta de vitaminas prenatales.
LA IMPORTANCIA DE LA DIETA
Una dieta inadecuada de la mujer, no sólo durante el embarazo sino también antes del mismo, puede incidir en el desarrollo de la gestación y la salud del bebé a corto y largo plazo.
La alimentación debe ser completa y variada, incrementando el consumo de frutas y verduras frescas, legumbres, cereales y pescado y, por otro lado, evitando el exceso de azúcar y grasa.
En la guía de recomendaciones editada por el Hospital Sant Joan de Déu, en colaboración con la Cátedra Danone de Salud Infanto-Juvenil de la Universidad de Barcelona (UB), se recomienda seguir una dieta adecuada o reducir peso antes de la gestación, si se trata de mujeres con obesidad. Además, incide en las siguientes pautas básicas:
Los alimentos más ricos en ácido fólico son las verduras de color verde fuerte (acelgas, brócoli, espárragos trigueros, espinacas y lechuga). También podemos encontrarlo en otros alimentos como aguacate, atún, cítricos, fresas, germen de trigo, hígado, leche, legumbres, yema de huevo y yogur.
Si eres fumadora, ha llegado el momento de plantar cara al tabaco. El alcohol también deberá quedar al margen durante estos meses ya que el consumo de ambos puede influir en un mayor riesgo de que el bebé desarrolle ciertas enfermedades así como un crecimiento intrauterino retardado.
EL EJERCICIO FÍSICO ES PRIMORDIAL
Tan sólo veinte minutos de ejercicio moderado tres veces a la semana durante el embarazo mejora el desarrollo del cerebro del niño recién nacido, según subrayan investigadores del Centro de Investigación del Hospital CHU Sainte-Justine, afiliado a la Universidad de Montreal, en Canadá.
El ejercicio físico también es primordial para estar en forma y para que el peso esté controlado en el momento de quedar embarazada. Durante la gestación, no se recomienda la práctica de deportes violentos, pero una práctica moderada es beneficiosa tanto para la madre como para el futuro bebé.
Por último, es importante evitar el estrés que pueda ocasionarnos las ganas de quedarnos embarazadas y ser mamás, así como la comprensible desilusión si no lo conseguimos rápidamente.
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¡Mucha suerte!
El diario del bebé