El Diario del Bebé.
Es un trastorno del aparato digestivo, en el cual el esófago no se desarrolla apropiadamente. El esófago es el tubo que normalmente lleva el alimento desde la boca hasta el estómago.
La atresia esofágica es una anomalía congénita, lo cual significa que ocurre antes del nacimiento, y existen varios tipos de ella. En la mayoría de los casos, la parte superior del esófago termina y no se conecta con su parte inferior ni con el estómago. El extremo superior del segmento inferior del esófago se conecta a la tráquea, una conexión llamada fístula traqueoesofágica (FTE). Algunos bebés con FTE también presentarán otros problemas, como trastornos cardíacos u otros trastornos del tubo digestivo.
Otros tipos de atresia esofágica involucran el estrechamiento del esófago y también pueden estar asociados con otras anomalías congénitas.
La atresia esofágica ocurre en aproximadamente 1 de cada 4,000 nacimientos.
Antes del nacimiento, una ecografía realizada en la madre embarazada puede mostrar presencia de demasiado líquido amniótico, lo cual puede ser un signo de atresia esofágica u otra obstrucción del tubo digestivo.
El trastorno por lo general se detecta poco después del nacimiento cuando se intenta alimentar al bebé y éste tose, se ahoga y se pone morado. Tan pronto como se sospecha el diagnóstico, un profesional médico debe tratar de pasar una sonda pequeña de alimentación a través de la boca o de la nariz hasta el estómago. Esta sonda no podrá hacer todo este recorrido hasta el estómago si el bebé padece atresia esofágica.
Una radiografía del esófago revela una bolsa llena de aire y la presencia de aire en el estómago y el intestino. Si se ha introducido una sonda de alimentación, ésta aparecerá enrollada en la parte superior del esófago.
La atresia esofágica se considera una emergencia quirúrgica. La cirugía para reparar el esófago se debe llevar a cabo rápidamente después de que el bebé se ha estabilizado, de manera que no se presente daño a sus pulmones y que se le pueda alimentar.
Antes de la cirugía, no se debe alimentar al niño por vía oral y se deben tomar las precauciones necesarias para evitar la broncoaspiración con secreciones.
Un diagnóstico temprano ofrece una mejor posibilidad de un buen desenlace clínico.
El bebé puede inhalar saliva y otras secreciones hacia los pulmones, causando neumonía por aspiración, asfixia y posiblemente la muerte.
Otras complicaciones pueden abarcar:
La prematuridad puede complicar la afección.
Normalmente, este trastorno se diagnostica poco después del nacimiento.
Llame al pediatra si el bebé vomita en forma repetitiva después de las comidas o si presenta dificultades respiratorias.
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en Facebook y Twitter
El diario del bebé