Y llegó el día. Pensábamos que nunca llegaría el parto y que el bebé se quedaría con nosotras para siempre, pero un buen día, las cosas cambian y algo diferente sucede.
En las clases de preparación al parto, la matrona nos habrá hablado de cómo puede empezar un parto, las contracciones, la rotura de la bolsa y otros posibles supuestos. También nos habrá dicho cuándo tenemos que acercarnos al hospital aunque no estemos de parto, es decir, algunas situaciones de alarma como subidas repentinas de tensión arterial o sangrado como de regla.
Si por algún motivo anterior al parto nos hemos acercado al hospital, habremos conocido al equipo de matronas del centro. La matrona suele ser la persona que nos recibe en la sala de urgencias obstétricas (puede haber variaciones según el tipo de centro sanitario). Ella es quien hace las primeras preguntas y posiblemente empiece a adelantar algunas de las pruebas que nos harán en esa visita a urgencias.
Según cuál sea el motivo de nuestra visita, la matrona empezará por una u otra prueba. Por ejemplo, si nos ve muy apuradas con muchas contracciones, hará un tacto vaginal para conocer en qué momento del proceso del parto estamos y poder actuar en consecuencia.
Imaginemos que estamos de parto. Si es así, la matrona será la persona que nos acompañe con mayor continuidad a lo largo de todo el parto hasta que nazca el bebé.
El papel de la matrona es diferente según se trate de un centro sanitario privado o público. Normalmente, en el centro privado, el ginecólogo será quien asista el nacimiento del bebé, es decir, cuando el bebé saca la cabecita. El ginecólogo supervisará la etapa de la dilatación pero será la matrona quien esté “mano a mano” con nosotras. La matrona estará en la sala de partos pero no lo asistirá, sino que atenderá al recién nacido en sus primerísimos cuidados.
En los centros públicos, cuando el parto transcurre dentro de la normalidad, la matrona está perfectamente capacitada para ser la profesional que nos acompañe desde nuestro ingreso en la sala de partos, asista por entero el parto y nos despida cuando marchemos a nuestra habitación con el bebé ya nacido. El ginecólogo estará en el área de sala de partos (no necesariamente en la habitación donde nacerá el bebé), pero no intervendrá salvo que la matrona lo indique por haber aparecido algún contratiempo.
Considero positivo que un profesional de confianza esté todo ese tiempo con nosotras, además de la pareja o acompañante que hayamos elegido. Lo ideal es que la matrona logre crear un clima de confianza capaz de animarnos en los momentos durillos, aclarar posibles dudas, y tranquilizar cuando lo necesitemos. Y no sólo a la mujer sino a la pareja también.
Tener una persona de referencia en todo momento sirve para conocer más los deseos de la mujer en el parto, y si fuera posible, acceder a ellos. Si la mujer quiere tener movimiento libre durante la dilatación, si quiere o no analgesia, elegir una posición más concreta para parir, tener contacto físico con el bebé desde su nacimiento o iniciar lactancia materna en el propio paritorio, por ejemplo, son derechos de cada mujer. Lo mismo que si no quiere ninguno de ellos. Saber de antemano lo que quiere y no quiere la mujer (lo que llamaremos “plan de parto”) hace que el proceso sea más fluido, más tranquilo.
Acompañar un parto es toda una responsabilidad. Estudios han demostrado que cuando la mujer se siente apoyada, tocada o masajeada en los momentos que ella necesita, los partos son más cortos, menos instrumentados y el número de cesáreas es menor.
Si tuviera que elegir un único objetivo en el acompañamiento de la matrona en el parto de una mujer, sería que la percepción global de la mujer fuera buena. Quizás el parto haya sido más largo de lo esperado, haya terminado en forceps o incluso en cesárea, pero si el pensamiento de la mujer es: “Me he sentido bien cuidada, respetada y acompañada en todo momento”, habremos acertado.
* María José Ordeig es matrona, asesora de lactancia materna y educadora de masaje infantil, impartiendo talleres en España y Estados Unidos. Ha desarrollado su labor en sala de partos, atención primaria y clases prenatales. Todos los jueves a las 19:30 está disponible en el Consultorio de Facebook para resolver las dudas de nuestros lectores.
El diario del bebé