La Navidad es una época especial. Si además estás embarazada, a buen seguro que serán unas Navidades inolvidables, bien por la dicha y lo feliz que te encuentres, bien por los síntomas propios de la gestación que quizá te impidan disfrutar al 100%. Salvo indicación médica, podemos disfrutar de estos días con normalidad, eso sí, teniendo en cuenta ciertos aspectos.
Compras, compromisos y cambios horarios pueden hacer que nos encontremos más cansadas, así que es conveniente que ampliemos el tiempo dedicado al descanso. Una buena siesta y ocho horas de sueño nocturno son más que recomendables.
VESTIDA PARA LA OCASIÓN
Las bajas temperaturas nos obligan a ir bien abrigadas, y como probablemente tengamos mucho calor en casa, el trabajo o los comercios, lo ideal es vestirnos por capas.
Para la mujer embarazada, vestirse en invierno supone dedicarle más tiempo a esta tarea. Al aumento de prendas que solemos llevar, hay que sumarle la falta de agilidad habitual. El calzado también nos resultará algo incómodo ya que, si bien no sufriremos tanta hinchazón como en la época estival, resultará más complicado subir y bajar cremalleras o atar cordones. Lo mejor es decantarnos por aquel que nos permita andar con seguridad, a la vez que extremamos las precauciones al caminar, especialmente en aceras heladas o nevadas, para evitar resbalones y caídas.
Probablemente nos apetezca vestirnos de fiesta para las numerosas comidas y cenas familiares, de trabajo o amigos que se aproximan. Teniendo presente la altura del embarazo en la que nos encontremos, podemos elegir entre varias opciones para lucir en esos días; por ejemplo, estrenar un modelo o aprovechar algo que ya tenemos añadiéndole los complementos apropiados. Lo importante es sentirse a gusto.
Como la ropa de fiesta suele ser bastante ligera, nos abrigaremos lo suficiente porque al bajar la temperatura se constriñen las venas y arterias reduciéndose el aporte sanguíneo que recibe el bebé.
COMIDAS Y CENAS NAVIDEÑAS
Las tradicionales cenas de empresa o con los amigos de siempre suelen tener lugar en restaurantes. Si la elección ha recaído en un establecimiento de comida internacional, tal vez nos preguntemos si debemos evitar la comida muy condimentada como la mejicana, tailandesa o griega.
Lo que hay que tener en cuenta a la hora de estudiar la carta es que quizá ciertos alimentos muy especiados, pesados o picantes no nos sienten bien o nos predispongan a los molestos gases y ardores. Intentaremos sustituir los alimentos muy salados, con muchas calorías y grasa (salsas, fritos, comida rápida y postres empalagosos) por otros más digestivos.
Como pauta general, ante la perspectiva de una cena copiosa, haremos una comida suave tanto el día del evento como al día siguiente. En general no conviene hacer excesos con la alimentación, sino mantener la pauta del embarazo, es decir, comer pequeñas cantidades frecuentemente. Las Navidades son muy largas por lo que hay que prescindir de los atracones, no sólo para evitar un aumento excesivo de peso, sino también por nuestro bienestar.
Las mejores opciones son las ensaladas, verduras frescas, pollo y pescados. Las verduras que se consumen crudas deberán estar muy bien lavadas; si no tenemos garantía de ello es preferible consumir otra cosa.
En caso de no haber pasado la toxoplasmosis, seguiremos las recomendaciones indicadas por el ginecólogo, que por lo general se resumen en evitar la carne poco cocinada o cruda (carpaccio, tartar) y los embutidos. El pescado crudo (sushi) tampoco es recomendable por el riesgo de contener parásitos (anisakis), al igual que el marinado, ahumado, en vinagre o salmuera.
No hay Navidad que se precie sin la presencia de turrón y mazapán. Al igual que pasa con dulces y pasteles, no conviene abusar de ellos.
En cuanto a las bebidas, las aconsejables son el agua y los zumos de fruta naturales recién exprimidos. Es mejor evitar las carbónicas, especialmente si somos propensas a los gases. El alcohol está contraindicado en la gestación. Las bebidas “sin” no son lo mismo que una bebida no alcohólica, ya que pueden contener trazas de alcohol, que consumidas de manera habitual o en grandes cantidades podrían perjudicar al feto. Lo mejor es prestar atención al etiquetado.
El consumo de cafeína deberá limitarse a una o dos tazas al día. La cafeína no sólo se encuentra en el café sino que también está presente en el té verde, el té negro y los refrescos de cola.
VIAJAR EN NAVIDAD
Es probable que ante las próximas fiestas navideñas tengamos pensado realizar algún viaje, bien para reunirnos con la familia, bien para hacer turismo. Quizá nos surjan preguntas como si podemos viajar o en qué medios hacerlo. Consultaremos con nuestro médico todas esas cuestiones que nos preocupan.
Si nos encontramos bien, y el ginecólogo no recomienda lo contrario, durante el embarazo podemos seguir viajando en los distintos medios de transporte. Eso sí, tendremos que prestar atención a algunos detalles para que el viaje sea seguro para nosotras y para el bebé.
Sea cual sea el medio elegido para desplazarnos, es conveniente caminar al menos cada hora y hacer ejercicios giratorios en los tobillos, aunque estemos sentadas. La ropa cómoda y unos zapatos adecuados reducirán los problemas de hinchazón. Es recomendable beber agua a menudo.
Tal vez no sea el momento de elegir destinos demasiado exóticos que requieran vacunaciones no permitidas en el embarazo, o con condiciones sanitarias sin demasiadas garantías. Algunos médicos recomiendan tener cuidado durante el primer trimestre y elegir destinos y trayectos cortos y tranquilos. En el tercer trimestre es posible que ya nos encontremos bastante incómodas y con más dificultades de movimiento.
Antes de iniciar el viaje, tendremos localizados los hospitales a los que deberíamos acudir en caso de necesidad. Es imprescindible llevar con nosotras la tarjeta sanitaria y la documentación que creamos necesaria.
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en Facebook y Twitter.
¡Felices fiestas!
El diario del bebé
Ante cualquier duda consulte siempre con su médico o pediatra.
