El 67,7% de las embarazadas no toma ácido fólico antes de la concepción pese a reducir el riesgo de malformación congénita, según evidencia el estudio 'GestMujer', promovido por Adamed Mujer y la Fundación para el Progreso de la Educación y la Salud (FPES).
A tenor de este trabajo realizado mediante una encuesta a más de un millar de mujeres embarazadas, el jefe de Servicio de Ginecología del Hospital Santiago Apóstol de Vitoria, el doctor Iñaki Lete, quien pertenece al Grupo de Investigación en Salud (GIS) de la Fundación, ha asegurado que una de las causas de ello es que los embarazos "no se planifican".
No consultar con un experto en la materia supone que muchas mujeres desconozcan "los beneficios del uso de ácido fólico preconcepcional". Incrementar la ingesta del mismo durante los meses previos a la concepción reduce el riesgo de malformación congénita hasta evitar "dos de cada tres casos", declara Lete.
A su juicio, la mujer que esté pensando quedarse embarazada debe tomar determinadas cantidades de ácido fólico, ya que ayudan "a la prevención de los defectos congénitos del tubo neural". Entre ellos, destaca, "fundamentalmente, la espina bífida y los fetos anencefálicos".
Para evitarlo, apuesta por el consumo de esta vitamina desde dos o tres meses antes de la concepción hasta la misma. Ésta se encuentra en las hojas verdes, como la lechuga, las espinacas o las acelgas pero, para conseguir las dosis suficientes como para hacer un efecto protector, "se deberían comer cantidades que son imposibles de ingerir cada día", explica.
Por ello, y recogiendo las recomendaciones de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), aconseja "un suplemento con dosis muy bajas de ácido fólico", las cuales cifra en 0,4 miligramos.
La consulta médica previa al embarazo se centra en "descartar patologías crónicas que pueden complicarlo y exigir cuidados especiales", indica Lete. Además, se estudian los hábitos de vida de la mujer, insistiendo en la importancia de un buen cuidado nutricional.
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