El Diario del Bebé.
Primeros síntomas para detectar el Síndrome de Asperger
Estas dificultades en una conducta marcada por intereses restringidos, estereotipados y difíciles de modificar, además de una merma de sus habilidades para socializar y para comunicarse. Son precisamente estas dificultades las que permiten hacer el diagnóstico, y las que definen al resto de trastornos del espectro autista. El síndrome de Asperger se conoce también como autismo de alto funcionamiento.
Los niños que conviven con el síndrome de Asperger desarrollan un uso normal del lenguaje en cuanto al vocabulario y la sintaxis, pero les cuesta emplearlo del mismo modo que el resto de niños. Tienen conversaciones pedantes, como si de un sabio se tratase, y su entonación es muy monótona; además suele dar la sensación que ignoran a su interlocutor. Aun así no tienen problema para expresarse verbalmente. Pero sus temas de conversación suelen ser a menudo los mismos, ya que tienen gran facilidad para conocer muchos datos sobre los temas que les interesan.
En cuanto a su relación con el entorno, cabe destacar que los niños con Asperger tienen un gran apego hacia su madre o hacia su padre. Pero cuando intentan abrirse al resto, la situación se torna complicada. Su comprensión sobre las intenciones y el estado emocional de la persona con quien tratan suele ser errónea, así que sus propias respuestas sociales suelen ser anómalas. Es por este motivo que de niños suelen jugar solos, ya que les cuesta obtener la comprensión del resto.
Aunque se conoce que el trastorno tiene un origen biológico, en la mayoría de casos no puede determinarse la causa. Su diagnóstico es por tanto clínico, basándose en sus propias manifestaciones y en la experiencia de un profesional experto en Neurología infantil y buen conocedor del problema.
¿Qué papel cumple la familia en el desarrollo del niño con Asperger?
La familia juega siempre un papel fundamental. En una primera fase, la familia es imprescindible para detectar los primeros síntomas del síndrome; y después en la forma como atienden las dificultades comunicativas, sociales y emocionales del menor.
Los padres, los educadores y distintos profesionales de la salud deben implicarse para que el niño con Asperger comprenda porque su forma de interaccionar con el resto le resulta complicada. Debe aprender a reconocer sus deficiencias para llegar a aprender cómo comprender a su entorno y a sus iguales.
La mayoría de adultos con síndrome de Asperger tienden a ser cada vez más independientes, aunque debido a la persistencia en sus dificultades sociales, suelen continuar necesitando apoyo.
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en Facebook y Twitter
El diario del bebé