Al introducir la alimentación complementaria en la dieta del bebé, empieza a abrirse un mundo de posibilidades para favorecer su buen crecimiento y desarrollo. Tras superar la etapa de los purés, podremos elaborar sencillas recetas en las que jugaremos con los distintos sistemas de cocción. De esta forma, el bebé irá creciendo a la vez que se familiariza con nuevos sabores y texturas. Aun así, los purés y cremas siguen siendo una opción muy nutritiva que deberían seguir estando presente en su menú.
PREPARACIÓN Y CONSERVACIÓN DE LOS ALIMENTOS
La higiene es un elemento indispensable en todo aquello que rodea al bebé, especialmente a la hora depreparar los alimentos. Lavarnos las manos antes de manipular los ingredientes, después de tocar carne o pescado crudos y mantener tablas y encimeras limpias son pautas mínimas a seguir en la cocina.
Los recipientes de cristal resultan idóneos para conservar los alimentos tanto en el congelador como en la nevera, especialmente para mantenerla libre de olores. Preservar los alimentos del aire es importante ya que perjudica la conservación de los mismos.
La carne debe envolverse individualmente en film o aluminio. El pescado seguirá la misma pauta pero, además, debe estar limpio y sin lavar.
En la nevera, las frutas y verduras se colocarán en los cajones o en la parte menos fría. La de menor temperatura suele ser la de abajo, por encima de esos cajones.
Los alimentos congelados, una vez descongelados, no pueden volver a congelarse. Sin embargo, si los cocinamos, sí pueden meterse en el congelador de nuevo.
SISTEMAS DE COCCIÓN
La textura, el sabor y el color de los alimentos varían según el sistema de cocción que elijamos para cocinarlos. Lo ideal es que el bebé coma de todo pero, también es verdad que cada bebé tiene su propio paladar. Mientras que algunos disfrutan con verduras hervidas, otros sólo las toleran en puré.
Para los primeros purés y caldos se recomienda HERVIR los ingredientes. Sin embargo, cuando empiezan a masticar, muchos niños rechazan este sistema porque la comida les resulta insípida y reblandecida.
Los alimentos AL VAPOR tienen un aspecto y textura similar al hervido, pero resultan más sabrosos.
Al FREÍR los alimentos, se modifica completamente su sabor, textura y color. Una vez fritos, es imprescindible escurrir el aceite en papel absorbente. Al cocinar para niños, el aceite de girasol resulta más suave que el de oliva. Si utilizamos éste que sea de 0,4 de acidez.
Los alimentos GUISADOS tienen una textura blanda que no resulta atractiva para algunos niños. Para el bebé se recomienda hacer una base sencilla, con muy poco aceite, zanahoria, cebolla y tomate muy picaditos.
La cocina A LA PLANCHA es muy saludable pero quizá no la más adecuada para niños muy pequeños, ya que deja el alimento más duro resultándoles difícil de masticar.
En el HORNO, el alimento se cuece por todas las partes. En él podemos ASAR, GRATINAR y cocinar en PAPILLOTE. Este sistema es similar al vapor, quedando los alimentos muy sabrosos. Se envuelven los ingredientes en papel de aluminio dejando una cámara de aire para que acumule vapor. También puede utilizarse unos recipientes especiales adecuados al microondas.
IDEAS PARA CADA ALIMENTO
Cada alimento acepta múltiples sistemas de cocción distintos, en los que varía el sabor, la textura y las calorías. Combinándolos, podremos hacer un menú más atractivo para los niños.
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El diario del bebé