El Diario del Bebé.
Con la llegada del frío es importante extremar los cuidados del bebé, ya que es muy sensible a los cambios bruscos de temperatura. Estas pautas nos resultarán de utilidad para afrontar su primer invierno.
TEMPERATURA Y HUMEDAD EN EL HOGAR
En casa mantendremos una temperatura en torno a los 20ºC y un nivel de humedad de al menos el 50 por ciento. Una temperatura elevada es perjudicial para el bebé ya que le resecará las mucosas y la piel. Si nuestra casa no dispone de termostato para regular la temperatura, tendremos que cerrar un poco los radiadores o abrir las ventanas en caso de calor excesivo.
Un ambiente demasiado seco puede impedir que el bebé expulse de manera correcta las impurezas, debido a la obstruccion de la nariz que puede ocasionarle dolor de garganta y tos.
Podemos utilizar un humidificador para contrarrestar el efecto de la calefacción. Vigilar el tiempo de empleo y mantenerlo muy limpio para evitar hongos y ácaros son claves en su utilización. Si no contamos con uno podemos colgar de los radiadores recipientes con agua para conseguir su efecto.
Como es frecuente la aparición de mucosidad más abundante, mantendremos la higiene de las mucosas gracias al empleo continuado del suero fisiológico y del aspirador nasal.
VESTIR Y ABRIGAR AL BEBÉ
Tan poco recomendable es el exceso de frío como el de calor. Es importante evitar abrigar al bebé de manera exagerada o mantenerle en estancias con la calefacción muy elevada porque podría provocarle un sobrecalentamiento corporal.
La temperatura corporal del bebé se controla en la nuca y en el cuello ya que su mecanismo de termorregulación aún no está del todo desarrollado; fijarnos en otros símbolos (manos frías) podría llevarnos a equívocos.
En cuanto a su ropita, lo ideal es que sea suave y no muy ajustada de tal manera que permita la correcta ventilación de la piel.
A la hora de vestirle lo haremos siempre por partes para que el bebé no esté desnudo más de lo necesario. Si vamos a bañarlo, podemos calentar antes la estancia con un calefactor.
¿ES RECOMENDABLE SALIR A PASEAR CON FRÍO?
Exceptuando en caso de condiciones climatológicas extremas como fuertes lluvias, nieve o temperaturas muy bajas, es recomendable seguir paseando a diario con el bebé. El paseo diario le proporciona grandes estímulos hacia los cuales estará cada vez más receptivo. La luz natural le ayudará a sintetizar la vitamina D, responsable de fijar el calcio a los huesos.
Procuraremos salir a la calle durante las horas centrales del día porque los contrastes de temperatura son menos fuertes. Hay que vigilar las corrientes de aire directas y llevar siempre el plástico para la lluvia.
Le abrigaremos muy bien, vistiéndole por capas. La cantidad de ropa vendrá determinada por el clima del lugar donde vivimos.
Para evitar los cambios bruscos de temperatura, cuando entremos en un establecimiento con calefacción, quitaremos alguna prenda al bebé. Si le notamos incómodo, o con las uñas y labios amoratados, regresaremos enseguida a casa.
EL CUIDADO DE SU PIEL
Cuidar la piel del bebé debe ser un hábito diario, con mayor motivo si se expone al aire libre. Hidrataremos su epidermis con cremas específicas insistiendo en la zona peribucal, que se puede ver especialmente afectada por el viento.
VIGILAR LA ALIMENTACIÓN
Una buena alimentación reforzará las defensas del niño. Tan importante es la dieta como extremar las medidas higiénicas en la preparación de los alimentos.
En caso de duda, acudiremos al pediatra. Nunca medicaremos al bebé sin la supervisión de su médico. En caso de indicar algún medicamento, respetaremos las pautas aconsejadas tales como la dosis, intervalo entre tomas y duración del tratamiento.
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El diario del bebé
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