Esta prueba consiste en un análisis de sangre con el objetivo de indicar el nivel de riesgo del feto de tener ciertas anomalías en el tubo neural (espina bífida, anencefalia o encefalocele) o síndrome de Down. Generalmente se realiza entre las semanas 15 y 18.
A través de los valores obtenidos en la medición de unos marcadores bioquímicos (alfa-fetoproteína y beta-HCG) y mediante un estudio estadístico muy amplio se obtiene ese índice.
Esta prueba está especialmente recomendada a mujeres que forman parte del grupo de riesgo, es decir, gestantes mayores de 35 años o con antecedentes familiares de alteraciones cromosómicas.
Los resultados de los análisis no constituyen un diagnóstico sino una referencia. A partir de los mismos se podrá realizar la amniocentesis a fin de validar o descartar los valores obtenidos. Puede que no revelen la existencia de una enfermedad en concreto y por eso deberán ser interpretados correctamente por el especialista.
Hay que tener presente que el triple screening es una prueba orientativa.
El diario del bebé