Volver a la normalidad no es nada fácil para una mujer que acaba de dar a luz. De un día para otro, el vínculo tan estrecho que la unía con su bebé ha cambiado, y es el momento de retomar el orden normal de las cosas, ¡y de su cuerpo! Y aunque al principio puede resultar algo costoso, lo cierto es que una
dieta equilibrada y un buen
entrenamiento harán que todas las medidas vuelvan exactamente a donde estaban, evitando también otras
patologías que, si no se tiene cuidado, pueden aparecer con el paso de los años.
La entrenadora personal especialista en suelo pélvico, yoga y entrenamiento funcional, Anita Macedo, pone especial énfasis en la protección del suelo pélvico, encargado de sujetar la parte inferior de la pelvis. ¿Por qué? Porque frena la incontinencia urinaria, el prolapso de los órganos, el vaginismo y otros muchos problemas derivados de la sobrecarga soportada durante el embarazo.
Eso sí, es muy importante tomárselo con calma, respetar los tiempos de descanso entre ejercicio y ejercicio y aprender a controlar la respiración como parte fundamental del entrenamiento. También es recomendable utilizar prendas adecuadas y sujetadores deportivos (mejor aún si son de algodón) que, sin causar demasiadas molestias, permitan una buena sujeción.
Por eso, Macedo defiende que un buen entrenamiento puede ser muy útil a la hora de evitar futuras incomodidades que no solo afectarían a la vida activa de la mujer sino también a sus relaciones íntimas. ¿Lo mejor de este entrenamiento? Que puede hacerse desde casa, aumentando poco a poco la intensidad y aprovechando los pequeños ratos libres del día. Y es que para cuidar de otra persona es imprescindible aprender a hacerlo de una misma. No temas, la maternidad, la figura y la salud ¡no son incompatibles!
- Tumbarse boca arriba, con las piernas flexionadas y los pies planos, separados y apoyados en el suelo. Elevar la cadera y respirar hondo.
- Manteniendo la posición se contraen los glúteos durante cinco segundos y se relajan 10. Así durante cinco series, respirando profundamente. La concentración es clave para profundizar en el movimiento.
- Esta vez, recostándose totalmente sobre el suelo, debe realizarse otra contracción de cinco segundos, pero únicamente de los músculos de la vagina (como si se estuviesen aguantando las ganas de ir al baño), también durante cinco rondas. Este se puede repetir varias veces al día, incluso estando sentada.
- En la misma posición, se realiza una contracción fuerte y rápida de 2 segundos para después relajar la zona completamente, respirando hondo. Así otras cinco veces. Hacer lo mismo levantando la cadera como en el primer apartado.
- Caminar a un ritmo suave, gradual y manteniendo la contracción. Tras el embarazo, el cuerpo no responde igual que antes al ejercicio. Las articulaciones y los ligamentos estarán flojos durante algunos meses, por lo que excederse puede resultar contraproducente para la salud. Así que, pasadas al menos ocho semanas, caminar sí puede ser una excelente forma de retomar la actividad física, controlando el tiempo y la velocidad para ir mejorando de manera progresiva.