El Diario del Bebé.
Es muy frecuente que toda gestante se pregunte si es adecuado mantener su trabajo durante todo el embarazo, si es conveniente realizar reposo, si la actividad física puede perjudicar el desarrollo de su futuro bebé, o si ésta puede ser causa de alguna enfermedad. No es nuestra intención establecer una medida universal ni un protocolo para todas las gestantes ni para todos los trabajos.
Debe tenerse en cuenta que cada embarazo es distinto, cada mujer tiene sus propias necesidades y que cada trabajo o profesión tiene sus riesgos. Por ello, será siempre el obstetra que controla cada gestación el encargado de sopesar la situación en la que se encuentra cada cual.
Es imposible hacer una lista completa de todos los trabajos con sus peculiaridades, pero sí podemos ofreceros unos datos generales. Además, en muchas empresas existen consideraciones particulares de los médicos o mutuas contratadas con las que se tiene convenios al respecto de la actividad laboral en la mujer embarazada. Tampoco vamos a tratar aquellos casos en los que el embarazo presenta alguna incidencia como sangrado, vómitos intensos, lumbalgia, tensión alta, etcétera. En estos casos, la no conveniencia de trabajar la tendrá que tomar el obstetra que controla esa gestación o el médico de urgencias que valora a la gestante.
Mejor trabajando, si puedes
El embarazo es un estado fisiológico, es decir, normal en una mujer, no es un estado patológico, es decir, no es considerado como una enfermedad, y, como tal, una mujer podría realizar su actividad diaria normal. Dentro de ésta se encuentra su actividad laboral. Aquí incluimos aquellas gestaciones que se desarrollan de forma normal, sin ninguna incidencia. La mayoría de las embarazadas son capaces de mantener su actividad previa a la gestación. Puede que esta actividad deba ser disminuida en las últimas etapas del embarazo debido a que existe un mayor cansancio, un volumen abdominal aumentado, molestias normales y otros síntomas leves que asociados pueden hacer que acudir a trabajar provoque más perjuicios que beneficios.
Los beneficios de mantener la actividad laboral son mantener una vida activa, lo más normal posible, sentirse útil y estar distraída durante las horas de trabajo entre otras.
Por otro lado, trabajos en los que se requiera una actividad física importante, en los que se esté mucho tiempo de pie, en contacto con sustancias potencialmente tóxicas o en los que se emplee maquinaria industrial o que provoquen molestias o dolor pueden establecerse como de riesgo para la gestación.
Durante tu embarazo debes sentirte especial, ya que es un momento único para ti, pero debes compatibilizarlo con tu vida previa para no excluirte, limitarte o provocarte sensación de inseguridad. La actividad física, sexual, laboral o cotidiana de tu día a día debe mantenerse siempre que te produzca un efecto positivo y siempre que tu médico considere que no es perjudicial para el desarrollo de tu futuro bebé.
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en Facebook y Twitter
El diario del bebé