Durante el embarazo aumenta la importancia de la higiene personal. La ducha diaria, el cuidado de los dientes, lavarse las manos antes de las comidas y durante la preparación de los alimentos, son unos requisitos mínimos a tener en cuenta.
LA HIGIENE PASO A PASO
¿DUCHA O BAÑO?
La ducha y el baño con agua y jabón neutro no sólo estimulan la circulación sino que funcionan como relajantes. Mejor decantarse por la ducha antes que el baño ya que después de éste se produce un exceso de deshidratación cutánea. Se procurará que la presión del agua sea suave y su temperatura no muy alta para evitar la dilatación de las venas. En ambos tendremos especial cuidado para evitar posibles resbalones.
Si no podemos renunciar al baño, además de cuidar su duración y la temperatura del agua, será recomendable finalizarlo con una ducha de agua fría para favorecer la circulación. Los geles indicados deben ser suaves sin acción desodorante. La exfoliación de la piel es un buen complemento para su higiene.
Durante el último mes de embarazo prescindiremos totalmente de la bañera ya que el tapón mucoso podría estar ablandándose. Tampoco nos bañaremos en caso de contracciones de parto o rotura de bolsa. Evitaremos sauna, baños turcos y bañeras de hidromasaje. El jacuzzi sólo podrá utilizarse en el caso de no recibir los chorros directamente en el abdomen, si el agua no está muy caliente y evitando las tres últimas semanas de gestación.
LA DEPILACIÓN: MÉTODOS MÁS RECOMENDABLES
Aunque durante la gestación el ritmo de crecimiento del vello disminuye, es posible que puedan surgirnos dudas sobre si la depilación es perjudicial o sobre qué método es más recomendable mientras estamos embarazadas.
Por lo general, es mejor continuar con el habitual y no probar otro nuevo para evitar reacciones de la piel no deseadas.
Sobre el uso de cremas depilatorias no hay estudios determinantes. Si utilizamos cera, mejor decantarnos por la fría para evitar la aparición de varices y problemas circulatorios.
Las maquinillas y cuchillas no afectan en este sentido. La depilación eléctrica y láser mejor posponerlas para después del parto, cuando la piel deje de estar tan sensible.
Aunque sea antiestético, el vello que haya podido salir en la cara o en la línea alba del abdomen no debe quitarse, ya que volvería a salir más fuerte. En el 98 por ciento de las mujeres suele desaparecer en los meses siguientes al parto. Tampoco es recomendable tomar el sol en esa zona.
Después de la depilación, no hay que olvidar hidratar la piel con una buena crema.
EN LA PELUQUERÍA
Por lo general, durante el embarazo también nos gusta cuidarnos y sentirnos a gusto con nuestra imagen. La visita a la peluquería suele plantearnos algunas dudas sobre la conveniencia de ciertas técnicas o productos.
Al teñir el cabello, el producto entra en contacto con el cuero cabelludo pudiendo llegar al bebé a través de los vasos sanguíneos. Por ello, es preferible que mientras estemos embarazadas optemos por los tintes vegetales, aunque el resultado no sea el mismo.
Por el contrario, con las técnicas empleadas para las mechas el producto apenas toca el cuero cabelludo, así que podemos dárnoslas tranquilamente.
En cuanto al moldeado o a la permanente, por el momento no hay estudios serios que indiquen si son inocuos o perjudiciales para el feto. No obstante, hasta la fecha no se ha encontrado ninguna asociación entre estas técnicas y su posible influencia en el futuro bebé.
CREMAS FACIALES Y OTROS PRODUCTOS DE BELLEZA
Por lo general, mientras estamos embarazadas, podemos seguir utilizando nuestras cremas faciales exceptuando los tratamientos para el acné. Los productos de maquillaje como colorete, rímel, o eyeliner resultan inocuos para el bebé.
En el caso de observar alguna reacción alérgica a alguno de los productos habituales, bastará con suspender su uso por lo menos hasta que haya nacido el bebé. De igual modo, no se recomienda probar nuevos productos para evitar reacciones de la piel.
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El diario del bebé