El Diario del Bebé.
Debería asear al bebé utilizando una esponja pero sin bañarlo hasta que:
Durante el primer año, basta con bañar al bebé dos o tres veces a la semana. Si lo baña más a menudo, se le podría resecar la piel.
Antes de bañar al bebé, compruebe que tiene a mano lo siguiente:
Aseo con esponja. Para asear al bebé cuando todavía no pueda bañarlo, escoja una habitación caldeada y una superficie plana, como el cambiador, el suelo o el poyo de la cocina. Desnude el bebé. Empiece limpiándole los ojos con una toallita humedecida solo en agua; comience por un ojo y avance desde la comisura interior hacia el exterior. Utilice una esquina limpia de la toallita para limpiarle el otro ojo. Luego límpiele la nariz y las orejas. Seguidamente, aclare la toallita y vuélvala a mojar, está vez en agua con un poco de jabón; lávele la cara con suavidad y después acláresela y séquesela a toquecitos.
A continuación, haga un poco de espuma vertiendo champú especial para bebés en la jofaina, enjabónele suavemente la cabeza y luego acláresela. Utilizando una toallita mojada y jabón, lávele el resto del cuerpo con delicadeza, prestando especial atención a los pliegues que se forman en las axilas, detrás de las orejas, el cuello y la zona genital. Después de asearlo, asegúrese de secarlo bien antes de ponerle un pañal limpio y vestirlo.
Baño en la bañerita. Cuando el bebé esté preparado para bañarse, los primeros baños deberían ser suaves y breves. Si el bebé parece muy alterado o nervioso, vuelva a asearlo con una esponja fuera de la bañerita durante una o dos semanas antes de intentar bañarlo de nuevo.
Tras caldear la habitación, desnude al bebé y luego introdúzcalo en el agua inmediatamente para que no se enfríe. Asegúrese de que no hay más de 7 centímetros (entre 2 y 3 pulgadas) de agua en la bañerita y que el grifo no está abierto. Sujétele la cabeza con una mano e introdúzcalo en la bañerita con la otra, empezando por los pies. Háblele suavemente mientras le va bajando lentamente el resto del cuerpo hasta que le cubra hasta el pecho.
Utilice una manopla o toallita para lavarle la cara y el pelo. Con las yemas de los dedos o un cepillito suave para el pelo especial para bebés, masajéele el cuero cabelludo, incluyendo el área que recubre las fontanelas en la parte superior de la cabeza. Cuando le aclare el jabón o champú, ahueque la mano sobre la frente del bebé para evitar que le entre jabón en los ojos. Lávele el resto del cuerpo con agua y un poco de jabón, procediendo siempre con delicadeza.
Durante el baño, vaya vertiendo agua sobre el cuerpo del bebé para que no se enfríe. Después del baño, envuélvalo inmediatamente en una toalla o albornoz, asegurándose de cubrirle la cabeza. Las toallitas o albornoces especiales para bebés, provistos de capucha, van muy bien para mantener calentito al bebé después del baño.
No deje nunca a un bebé solo en la bañerita. Si necesita salir del lavabo, envuelva al pequeño en una toalla y lléveselo con usted.
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