El Diario del Bebé.
La mayoría de las mujeres cuando nos quedamos embarazadas no nos planteamos en qué fecha vamos a dar a luz. Fundamentalmente porque a lo mejor empezamos a buscar el embarazo y no conseguimos la gestación hasta unos cuantos meses más tarde. Por ello, cuando tu ginecólogo o matrona te dice la fecha probable de parto, si coincide con el otoño o invierno puedes plantearte millones de cosas. Sobre todo te las empiezas a plantear cuando ya tienes a tu bebé en brazos y hace mucho frío fuera de casa.
Un recién nacido en casa en invierno: cómo abrigarle
En primer lugar, tienes que obligarte a salir a dar un paseo con tu bebé todos los días, da igual si hace frío o llueve. Es necesario que tu recién nacido salga a la calle y tenga contacto con el ambiente húmedo del exterior, al igual que con la luz. Sí es cierto que hay que protegerle del frío, pero no en exceso.
Cuando te surgen dudas sobre si va bien abrigadito o no, sólo debes pensar que tu niño o niña tiene que llevar una capa más que tú cuando sale a la calle; eso sí, debe llevar protegida la cabeza, puesto que se pierde mucho calor por esta parte del cuerpo.
No obstante si puedes, es preferible que le saques durante las horas centrales del día, puesto que hay más luz solar y más temperatura. Cuando hay mucho viento es mejor que le pongas la protección del cochecito para que no le entre suciedad de la calle, al igual que si llueve.
Cualquier excusa es buena para salir con el bebé
La verdad es que en ocasiones se hace muy difícil siquiera plantearse salir con tanto frío pero debes intentar buscar motivos por los que hacerlo, aunque sólo sea ir a hacer algo de compra o quedar con tus amigos o familiares fuera del domicilio. De esta manera te vas a distraer más y tu bebé va a poder tener contacto con el exterior de forma más frecuente. Es recomendable que el paseo sea por zonas con poca contaminación, pero claro está, no vas a cambiar de casa por esta razón.
En cuanto a tus cuidados durante la época de invierno, si estás todavía embarazada debes de seguir realizando el ejercicio físico que se recomienda, natación o deambulación durante una hora al día, aunque no te apetezca por el menor número de horas de luz y el defecto de calor. Esto te va a venir genial no sólo para tu estado físico sino también anímico.
Por otro lado, la ropa que debes emplear debe ser cómoda. Has de ir abrigada para evitar coger frío pero sobre todo debes tener precaución con los cambios de temperatura de los locales cerrados a la calle: evita salir de los mismos con la ropa húmeda.
Por el contrario, si acabas de parir, sólo debes disfrutar de esta época hogareña, evitando el enclaustramiento en el que puedas caer por el cansancio puerperal y el frío del invierno. Sal con tu bebé, arréglate y sé feliz. O lo que es lo mismo, disfruta de tu maternidad.
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