El Diario del Bebé.
Cada uno de estos componentes posee funciones concretas y específicas, que son irremplazables. Por este motivo, si se produce un desajuste en sus niveles (hipo o hipervitaminosis) o existe una ausencia de las mismas (avitaminosis) el organismo no trabaja bien y se producirán alteraciones. La mayoría de las vitaminas funcionan, entre otras cosas, como cofactores o co-enzimas de reacciones químicas. Es decir, son elementos imprescindibles para que esa transformación, minúscula pero constante, tenga lugar en nuestros órganos. Por ejemplo, sin vitaminas no se puede obtener energía a partir de los alimentos o no funciona bien el sistema defensivo frente a infecciones o las conexiones neuronales de nuestro sistema nervioso se ven alteradas.
Las vitaminas no aportan energía al organismo, es decir, son nutrientes acalóricos. Por este motivo, en una dieta hipocalórica o adelgazante, no hay que reducir el aporte vitamínico.
Cada una de ellas posee una recomendación de consumo específica que suele ser bastante pequeña y está ajustada a características y situaciones como sexo, edad, embarazo o lactancia. Sin embargo, y a pesar de necesitar mínimas cantidades vitamínicas, si no mantenemos una alimentación completa y muy variada tomando de todos los grupos de alimentos, desarrollar carencias con algunas vitaminas no es tan infrecuente.
Además de todo esto, algunas vitaminas son muy sensibles a las condiciones ambientales y pueden inactivarse dejando de ser útiles. La incidencia directa de la luz solar, el calor o incluso la propia solubilidad de algunas, hace que se puedan degradar antes o durante su ingesta.
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en Facebook y Twitter
El diario del bebé