Durante los primeros días del puerperio es muy importante cuidar la alimentación ya que tenemos que recuperarnos del esfuerzo realizado, la sangre perdida y contrarrestar el baile de hormonas que vendrá a continuación. Si además estamos alimentando a nuestro hijo tenemos una mayor responsabilidad, ya que todo lo comemos repercutirá en él.
Durante nuestra estancia en la maternidad nos aseguramos que la dieta es la adecuada. Al llegar a casa con nuestro bebé, todas las novedades y el cansancio, se nos hará cuesta arriba vigilar lo que comemos ya que probablemente no podremos dedicarle el tiempo que nos gustaría a la preparación de los alimentos.
Para evitar la comida rápida o vacía de nutrientes, resulta muy útil ser previsoras. En las últimas semanas de embarazo podemos dedicar un día a cocinar y congelar, además de adquirir latas y conservas que pueden completar cualquier plato. Si tenemos más hijos, la previsión resulta fundamental ya que así podemos seguir cuidando su dieta.
Hay que tomarse estos días como un periodo de adaptación en el que hay que priorizar. Lo importante es atender al bebé y la recuperación de su madre. No es ninguna contrarreloj para volver al peso que teníamos antes del embarazo. Ya tendremos tiempo. Se calcula que se tarda de 6 meses a un año en volver al peso previo a la gestación.
Ahora hay que recobrar fuerzas, mantener una alimentación completa y nutritiva y más adelante combinarla con una actividad física regular. Es el momento de darnos esos pequeños caprichos de los que tuvimos que prescindir durante la gestación: jamón serrano, carne menos hecha o salmón ahumado. En cuanto al alcohol y la cafeína, si estamos amamantando a nuestro bebé deberíamos seguir con las mismas pautas alimentarias del embarazo. Nunca comenzaremos una dieta estricta durante la lactancia.
MODELO DE PLAN ALIMENTARIO
Basándonos en la dieta mediterránea nuestro plan alimentario para recuperarnos podría ser el siguiente:
- Hacer cinco comidas diarias
- Beber dos litros de agua
- Comer cinco porciones diarias de frutas y verduras frescas.
- Tomar cereales integrales, legumbres y alimentos con fibra.
- Comer pescado blanco a menudo y carne roja máximo tres veces por semana.
- Beber leche desnatada, yogur, queso y huevos (tres semanales).
- Evitar dulces, bollería y bebidas hipercalóricas.
El diario del bebé
Ante cualquier duda consulte siempre con su médico o pediatra.
