El Diario del Bebé.
Todos necesitamos exponernos al sol; es nuestra principal fuente de vitamina D, una vitamina que nos ayuda a absorber el calcio para tener huesos sanos y fuertes. Pero la mayoría de nosotros no necesitamos exponernos mucho tiempo al sol para obtener la vitamina D que necesitamos. Y el hecho de exponernos a los rayos ultravioletas del sol repetidamente y sin protección puede provocarnos lesiones en la piel y en los ojos, inmunodepresión y cáncer de piel. Incluso las personas jóvenes, de veintitantos años, pueden desarrollar cáncer de piel.
La mayoría de las personas acumulan gran parte de su tiempo de exposición solar a lo largo de toda la vida antes de cumplir 18 años; por eso es tan importante que los padres enseñen a sus hijos a disfrutar del sol de una forma segura. Adoptando las precauciones adecuadas, usted puede reducir considerablemente las probabilidades de que su hijo desarrolle cáncer de piel.
El sol irradia luz sobre la Tierra, y parte de esa luz consiste en rayos ultravioletas (UV) invisibles. Cuando esos rayos alcanzan la piel, pueden provocar el bronceado, quemaduras solares y otros tipos de lesiones en la piel.
La luz solar contiene tres tipos diferentes de rayos ultravioletas: los rayos UVA, los UVB y los UVC.
Es importante que proteja a su familia de la exposición a los rayos UVA y UVB, que son los que provocan la mayoría de las lesiones cutáneas.
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