El Diario del Bebé.
No todos los bebés tienen la misma relación con el agua. Mientras que algunos se ponen a llorar cuando tienen que salir del mar o la piscina, a otros su simple contacto les horroriza.
De lo que no cabe ninguna duda, es que el medio acuático presenta ciertos riesgos que debemos minimizar. Por ello, lo mejor es enseñar a nadar al niño desde que es pequeño. En cualquier caso, la supervisión de un adulto siempre es indispensable.
ACCESORIOS PARA SUS PRIMERAS AVENTURAS ACUÁTICAS
En el mercado existe una gran variedad de accesorios para sus primeros chapuzones. Independientemente del que elijamos, las instrucciones de seguridad que facilitan los fabricantes de estos productos son de obligada lectura.
Entre los más populares, flotadores y manguitos ofrecen seguridad para sus primeros chapuzones. De cualquier manera, y aunque vaya muy equipado, NUNCA dejaremos sólo al bebé, debiendo permanecer siempre a su lado.
Dentro de los flotadores encontramos modelos específicos de aprendizaje, indicados para piscinas. Por lo general, suelen ser antideslizantes y antivuelco. Contribuyen a estimulan los movimientos innatos del bebé para desenvolverse en el agua, ayudándole a adoptar la postura correcta mientras avanza por sí solo. Hay niños que al acostumbrarse al dispositivo, aprenden a nadar más tarde.
Los churros de espuma de polietileno son ideales para disfrutar en familia. Con ellos podemos flotar, desplazarnos y jugar, ya que disponen de un conector para realizar estructuras.
Si al niño no le gusta demasiado el agua, una bañera de viaje o una piscina pequeñita le ofrecerán la posibilidad de estar fresquito y contento. Además, al terminar la temporada veraniega, podemos utilizarlas en casa dándoles otro uso como contenedor de juguetes o piscina de bolas para bebés, siempre bajo nuestra supervisión.
Existe otro tipo de juguetes preparados para hacer que los más pequeños pasen un rato de lo más divertido: mochilas de playa con cubo, pala y rastrillo, moldes, regaderas, cubos apilables o molinillos de agua.
En cualquier caso debemos tener en cuenta la edad del niño así como quitar los envoltorios de plástico de los juguetes y comprobar que no hay piezas pequeñas que puedan soltarse.
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