El Diario del Bebé.
Aunque parezca extraño, no todos los bebés tienen la misma relación con el agua. Algunos se vuelven locos cuando tienen que salir del mar o la piscina, mientras que a otros su simple contacto les horroriza.
El medio acuático tiene ciertos peligros. Para reducir el riesgo de accidentes, lo mejor es enseñar al niño a nadar cuanto antes. En cualquier caso, la supervisión de un adulto siempre es indispensable.
Los flotadores y manguitos le ofrecen seguridad para sus primeros chapoteos. En el mercado existe una gran variedad de este tipo de productos.
Los flotadores de aprendizaje están indicados para piscinas, suelen ser antideslizantes y antivuelco. Estimulan los movimientos innatos del bebé para desenvolverse en el agua, ayudándole a adoptar la postura correcta mientras avanzan por sí solos.
Si al niño no le gusta demasiado el agua, una bañera de viaje o una piscina pequeñita le ofrecerán la posibilidad de estar fresquito y contento. De igual manera, hay que leer las instrucciones de seguridad que facilitan los fabricantes de estos productos.
Además, hay otro tipo de juguetes preparados para hacer sus delicias de una manera divertida y segura: mochilas de playa con cubo, pala y rastrillo, moldes para hacer figuras, regaderas, cubos apilables, molinillos de agua, inofensivas pistolas de agua con forma de animales… ¡Lo más importante es pasar un buen rato todos juntos!
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en Facebook y Twitter
El diario del bebé