El Diario del Bebé.
El agua es fundamental para refrescar el cuerpo durante el ejercicio. El principal mecanismo de enfriamiento del cuerpo es el sudor, para evaporar las grandes cantidades de calor acumuladas por el ejercicio extenuante. Las pérdidas de sudor de un 2-3% del peso corporal contribuyen a deteriorar la regulación térmica y circulatoria. Pérdidas adicionales de agua pueden reducir la fortaleza y la resistencia, así como la capacidad de trabajo aeróbico lo cual constituye una clara desventaja durante las competencias.
Los niños son más vulnerables a las pérdidas hídricas porque su regulación térmica es menos eficiente. En ellos, un bajo índice de sudoración les reduce la capacidad para tolerar y mantener el ejercicio en condiciones de calor extremo, así como el gasto cardíaco bajo una velocidad metabólica determinada.
La sed no puede usarse como un indicador sensible de las necesidades de agua porque el ejercicio vigoroso entorpece los mecanismos de sed corporales.Para reducir la deshidratación y la pérdida de peso durante eventos competitivos o prácticas de entrenamiento, los atletas deben ingerir 1 1/2 a 2 tazas de agua fría 15 a 20 minutos antes de la competencia y 1/2 a 1 taza de líquido cada 10 a 15 minutos durante la misma.
Los líquidos fríos y de baja osmolalidad (Por debajo de 300 ml/litro) mantienen la hidratación al promover los efectos deseables de vaciamiento y absorción gástricos rápidos. Las bebidas con un alto contenido de azúcares y electrolitos demoran el vaciamiento gástrico y tornan lenta la absorción de agua.
Para la hidratación también pueden usarse jugos diluidos. Los jugos diluidos también pueden proveer algunos carbohidratos como fuente de energía en deportes de resistencia y carreras de más de 50 o 60 minutos, sin embargo, para la mayoría de atletas el agua es el mejor líquido que reemplaza las pérdidas por sudor.
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