El Diario del Bebé.
La roséola es un tipo de infección viral que es tan común que casi todos los niños la contraen antes de entrar al kínder. En un plazo de dos semanas de exposición a este virus en particular, la roséola se nota porque comienza con una fiebre alta repentina que dura entre tres y siete días. Cuando la fiebre desaparece, a menudo brota un salpullido manchado y se propaga desde el abdomen al el resto del cuerpo.
Al igual que con el resto de las infecciones virales comunes de la infancia, es mejor mantener al niño infectado lejos de los demás cuando tiene fiebre o está enfermo. Mucho líquido para que beba y baños de esponja tibios, acetaminofén o ibuprofeno pueden ayudar a hacer que un niño con roséola esté más cómodo y a bajar la fiebre. Las complicaciones son poco comunes, pero podrían incluir ataques o, en niños con un sistema Inmunitario (inmunológico) débil, encefalitis.
“Siempre y cuando su hijo coma o juegue más o menos normal cuando la temperatura le baje, no es necesario que los padres se preocupen”, dice la Dra. Treadwell. “Si la temperatura baja y su hijo continúa actuando enfermo, la enfermedad podría ser grave”.
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