Aproximadamente el 80 % de los bebés nacidos con la infección por el CMV nunca tienen problemas. Sin embargo, algunos bebé nacidos con el CMV tienen graves defectos de nacimiento, como pérdida auditiva y discapacidades del desarrollo. Tome medidas para evitar el CMV
Por Redacción, 25-07-2018 08:46:00El Diario del Bebé.
Aunque muchas personas nunca hayan oído hablar de este virus, el citomegalovirus o CMV es un virus común que puede contraerse mediante el contacto con la saliva o la orina de los niños. La mayoría de las infecciones por el CMV son “silenciosas”, lo que significa que la mayoría de las personas infectadas por este virus no presentan signos ni síntomas. Sin embargo, las mujeres embarazadas infectadas pueden transmitir el CMV a sus bebés y así causar una infección congénita por el CMV. Una infección "congénita" es una infección que se transmite de madre a bebé durante el embarazo. La infección congénita por el CMV puede causar pérdida auditiva, convulsiones y discapacidades del desarrollo.
En las mujeres embarazadas, los dos medios más comunes de exposición al CMV son a través del contacto con la saliva y la orina de los niños pequeños o mediante el contacto sexual. Los niños pequeños generalmente pueden transmitir el CMV durante meses después infectarse. Aun así, el CMV no se transmite fácilmente. 1 de cada 5 padres de niños que tienen infecciones por el CMV activas se infecta en el transcurso de un año.
En los Estados Unidos, cada año más de 5,000 niños sufren enfermedades y discapacidades permanentes causadas por la infección congénita por el CMV, aunque muchos bebés –unos 80 de cada 100– con esta infección nunca presentan síntomas ni discapacidades. Los niños con infección congénita por el CMV tienen más probabilidades de sufrir discapacidades permanentes si presentaron síntomas de la infección cuando nacieron. Sin embargo, algunos niños con infección congénita por el CMV que parecen sanos al nacer pueden presentar, con el tiempo, pérdida de la audición o de la vista debido a la enfermedad.
Las personas que están infectadas por el CMV pueden transmitirlo a través de sus líquidos corporales, como la orina, la saliva, la sangre, la leche materna y el semen). Por lo general, las personas infectadas transmiten el virus a otras mediante el contacto directo con los líquidos corporales. El CMV puede transmitirse sexualmente o puede propagarse de la madre al feto mediante la placenta. También se puede propagar a través de trasplantes de órganos y transfusiones de sangre.
Las mujeres embarazadas pueden tomar medidas para reducir su riesgo de exposición al CMV y disminuir así el riesgo de infectar a su bebé. (Lea la página sobre Transmisión para saber acerca de la posible propagación de infecciones por el CMV durante el embarazo).
Dado que la infección por el CMV es común en las personas sanas y generalmente no produce síntomas, en la mayoría de los casos no es necesario realizar esfuerzos para prevenir la transmisión en la mayoría de los grupos de personas.
Para evitar la exposición a los líquidos corporales de los niños que puedan contener el CMV:
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El diario del bebé