El Diario del Bebé.
El catarro común o resfriado es una infección viral leve del sistema respiratorio superior, muy contagiosa, causada principalmente por un tipo de virus, el rinovirus, siendo conocido también como "rinofaringitis”
Se transmite a través de las secreciones respiratorias producidas por la tos y los estornudos, por lo que inevitablemente los niños pequeños, al estar en contacto permanente con otros niños, se contagian con mucha facilidad.
Se pueden observar los siguientes síntomas, que duran entre tres y diez días: estornudos, secreción nasal, dolor de cabeza, goteo y congestión nasal, ojos llorosos, picor, dolor o flema en la garganta, tos, cansancio y una sensación de malestar general.
No hay fiebre, y en caso de haberla es muy baja. Esta es la principal diferencia con la gripe, que cursa con fiebre alta. Como sabéis gripe y catarro no son la misma enfermedad, ya que la gripe es una infección provocada por el virus de la influenza.
El catarro no se cura con medicinas. Los antibióticos están contraindicados tanto para el catarro como para la gripe, pues son enfermedades causadas por virus y no por bacterias.
Al no curarse con medicinas, lo que debemos hacer es aliviar los síntomas que produce.
Es muy importante mantener al niño siempre hidratado con zumos naturales, agua, caldos y limpiar con frecuencia las fosas nasales con agua salina.
El uso de humidificadores ambientales también ayuda, así como los baños de vapor que contribuyen a hacer las secreciones más fluidas.
Si el niño presenta unas décimas de fiebre y necesita medicamentos como paracetamol, deben estar siempre recetados por el pediatra con la dosis y el número de veces al día que debemos darle.
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