Los bebés recién nacidos no regulan su temperatura corporal como los adultos. Por eso, una ola de calor extremo como la que afecta estos días a España, les convierte en uno de las grupos de población más vulnerables. Una elevada temperatura ambiente puede afectar mucho a la salud de los más pequeños, por lo que debemos estar alerta.
Los síntomas que pueden observarse en los recién nacidos ante un exceso de calor externo son: agotamiento, náuseas, vómitos y deshidratación. Entre los signos de deshidratación hay que señalar, entre otros, decaimiento intenso, postración, piel seca, boca y/o lengua seca, ojos hundidos, llanto sin lágrimas o fontanela hundida.
El Equipo de Enfermería de la Unidad de Neonatología insiste, sobre todo, en no salir a la calle con el recién nacido en las horas de máximo calor y aumentar las tomas para evitar la deshidratación. Ante cualquier duda, conviene consultar con el especialista.
RECOMENDACIONES BÁSICAS PARA EVITAR LA DESHIDRATACIÓN
Estos son algunos consejos básicos, facilitados por el Equipo de Enfermería de la Unidad de Neonatología de USP San José, para evitar la deshidratación de los recién nacidos.
Ropa ligera: No conviene abrigar a los neonatos. En las horas de máximo calor, los bebés deben estar prácticamente desnudos, con el pañal y un body ligero.
Aumentar la frecuencia de las tomas: Para mantener al recién nacido perfectamente hidratado conviene ofrecerle más tomas: cada dos horas en el caso de la lactancia materna y cada tres en el caso de la lactancia artificial.
No salir a la calle: Evitar, en la medida de lo posible, salir a la calle con el recién nacido en las horas de máximo calor. En caso de necesidad, camine por los espacios sombreados. Si debe utilizar el coche, procure que el bebé permanezca en su interior el mínimo tiempo posible y nunca mientras el vehículo permanece estacionado.
Refrescar la habitación: Lo haremos sin exponer al bebé a un foco de aire acondicionado o ventilador, y manteniendo la claridad y la luminosidad.
Vigilar la piel y las mucosas: Si la piel, la boca o la lengua están secas hay que ofrecer más tomas al recién nacido.
Controlar el estado de actividad y vitalidad del bebé: Si el niño está reactivo y se mueve con vitalidad, no hay problema; si el niño está excesivamente aletargado, conviene hidratarlo.
Baño con agua templada: Los recién nacidos regulan peor su temperatura que los adultos. Se recomienda que el agua del baño esté entre 35º y 37º grados. Extremar la higiene.
Hidratar bien la piel del bebé: Para que el sudor no le provoque la aparición de sarpullidos y prurito. Conviene también controlar el color de la piel: si está excesivamente roja el neonato puede estar pasando demasiado calor.
Comprobar cinco pañales de pipí diarios: si el bebé no hace pipí indica que no ha bebido lo suficiente y conviene hidratarle con más frecuencia.
Acudir al médico: Si hay sequedad excesiva de boca, aletargamiento o disminución en la frecuencia del pipí, consulte con el especialista.
El diario del bebé