El Diario del Bebé.
El cerumen, generalmente conocido como cera, es una sustancia normal del conducto auditivo externo. Esta compuesto por una mezcla de secreciones de las glándulas sebáceas y ceruminosas de la piel del conducto auditivo y células descamadas. Al desplazarse hacia fuera arrastra pelos y otras partículas. La cera solo se produce en la piel del tercio más externo del conducto.
El aspecto de la cera varía mucho de unas personas a otras e incluso en una misma persona. La textura puede variar desde casi líquida a muy dura y el color de casi blanco a casi negro, pasando por el rojizo y ámbar, sin que eso indique que tenga que haber un problema.
La cera protege al conducto auditivo del daño que le pueden causar: el agua, cuerpos extraños, infecciones o traumatismos.
Y los tapones de cera, ¿por qué se forman?
Con cierta frecuencia, la cera se acumula en el oído, taponándolo todo o en parte. Esto sucede en uno de cada 10 niños o niñas.
Varias circunstancias facilitan que esto ocurra. El que haya cierta obstrucción en el conducto auditivo externo que dificulte la salida del cerumen es una de ellas. La obstrucción puede darse en personas sanas, por ejemplo, cuando tienen un conducto más tortuoso o más estrecho de lo habitual.
Otro motivo que facilita la formación de tapones de cera es que se produzca más cera de lo habitual. Este "exceso de producción" se puede dar en personas sanas y también como respuesta a traumatismos o porque haya agua retenida en el conducto.
Pero quizás las causas que valgan la pena destacar son que haya algún cuerpo extraño en el conducto, como por ejemplo algodón, y el intento de limpiar de cera los oídos con bastoncillos. Si se hace así, se empuja el cerumen hacia dentro y, con el tiempo, se puede producir una obstrucción total.
¿Qué problemas pueden dar?
Los tapones de cera no suelen dar síntomas en la mayor parte de las personas que los tienen, aunque pueden notar molestias, como:
¿Cómo puedo saber si tengo cerumen impactado?
Para saber si el niño o la niña tienen cera impactada en el oído basta con que el pediatra lo mire con el otoscopio. Es una maniobra simple y sin riesgo.
¿En qué casos conviene quitar el cerumen del oído?
Cuando produce síntomas (pérdida de audición, dolor…). También, cuando hay que examinar el oído y la cera lo impide.
En las personas que no se pueden expresar bien, como es el caso de los niños/as pequeños o con discapacidad, puede ser conveniente quitar los tapones de cera aunque no haya síntomas.
Sin embargo, por regla general, cuando no hay síntomas no hace falta quitar la cera, porque se suele eliminar sin hacer nada y sirve de protección.
¿Cómo se quitan?
En el caso de que haya que quitar el cerumen impactado, lo debe hacer un profesional, ya que se pueden producir lesiones si no se hace bien.
Básicamente, existen 3 métodos: los agentes cerumenolíticos (sustancias que “hacen blando” el cerumen), la irrigación del conducto auditivo y la extracción manual.
1) Los cerumenolíticos son seguros cuando no hay perforación del tímpano, pero deben evitarse si hay antecedentes o síntomas de una posible lesión en el tímpano y también si hay una infección del conducto auditivo externo.
Existen muchas sustancias que actúan como cerumenolíticos, incluyendo el agua y el suero fisiológico; las más utilizadas son los preparados de aceite mineral y el agua oxigenada.
Se pueden aplicar en la misma consulta o en el domicilio, generalmente durante un máximo de 3 a 5 días. Aunque son infrecuentes los efectos adversos, a veces pueden ocasionar reacciones alérgicas, otitis externa o dolor de oído.
2) La irrigación del oído es uno de los métodos más empleados. Es segura y eficaz. Debe realizarla un profesional sanitario. Consiste en la introducción de abundante líquido, generalmente agua templada o suero fisiológico también templado, mediante una jeringuilla grande.
Si se ponen antes cerumenolíticos se facilita la extracción, aunque no es imprescindible.
Aunque no suelen haber complicaciones, a veces puede quedar líquido detrás del cerumen retenido, favoreciendo que se desarrolle una infección. En raras ocasiones puede producirse una perforación del tímpano, o notarse una menor audición, dolor o vértigo tras la irrigación.
3) Cuando los cerumenolíticos y la irrigación no han ido bien, o si hay algún problema como una perforación timpánica, es necesaria la actuación de un especialista en ORL para hacer la extracción manual con instrumental adecuado.
También deben tomarse precauciones en las personas con problemas de coagulación, diabetes mellitus o inmunodeficiencias.
¿Podemos prevenir que se formen?
Es importante no meter nunca bastoncillos de algodón ni cualquier otro objeto en el conducto auditivo para limpiar los oídos. Para limpiar el oído basta con mojarlo en la ducha y limpiar la oreja.
En las personas con tendencia a tener tapones de cera, el profesional sanitario puede aconsejar la aplicación periódica de algún preparado o la extracción del cerumen cada 6 a 12 meses. No se debe hacer un uso continuado de cerumenolíticos.
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