El Diario del Bebé.
Entre el cuarto y quinto mes de embarazo llega el esperado momento de conocer el sexo de nuestro futuro hijo. Este gran hito sirve como punto de partida para ir pensando con gran ilusión en el que será su dormitorio.
Hoy en día, muchos papás y mamás o bien practican colecho o bien duermen con su bebé durante los primeros meses, lo que no impide que además cuenten con un espacio agradable y cómodo donde cambiar y vestir al bebé y guardar los numerosos enseres con los que cuenta.
Aunque la gama de colores para dormitorios infantiles es muy amplia, debemos recordar que se trata de un bebé, con lo que al principio se recomiendan colores más suaves que le proporcionen calma y tranquilidad. Beige, amarillo claro, verde, malva y los ya tradicionales azul y rosa suelen ser los elegidos por los papás como colores base. Utilizaremos siempre pinturas no tóxicas. Otra opción son las cenefas y los vinilos, una tendencia muy actual. No hay que tener demasiada prisa en llenar la habitación de miles de detalles. Según transcurran los meses habrá que hacer algunos cambios para adaptarla a la personalidad del bebé.
La habitación debe tener buena ventilación. La limpieza es un factor importante para su salud con lo que deberá ser fácil de limpiar. En los primeros meses es mejor prescindir de alfombras que acumulan ácaros y tierra. Además, sino están bien adheridas al suelo podemos resbalar con ellas.
ELEGIR EL MOBILIARIO
El mobiliario básico del recién nacido se compone de minicuna o cuna, armario, butaquita o mecedora y cambiador. Actualmente existe gran variedad de cambiadores en el mercado por lo que deberemos buscar cuál se adapta más a nuestras necesidades: mueble cambiador, bañera cambiador o cómoda con cambiador adaptable. A modo de detalle, un cestito de mimbre forrado con una tela mona o un lacito resultará de gran utilidad para tener a mano los productos de higiene diaria.
Las cortinas y estores suelen acumular mucho polvo por lo que será más práctico que puedan descolgarse con facilidad para lavarlos todo lo que sea necesario, especialmente si se encuentran cerca de los radiadores. Los tonos neutros y claros proporcionan mayor sensación de amplitud, luminosidad y limpieza.
La iluminación deberá ser suave, contando para ello con dos lámparas: la situada en el techo y una de mesa que pondremos en una cómoda o mesilla. Esta será la que utilizaremos en caso de necesidad durante la noche, por ejemplo en las tomas nocturnas.
Una adquisición muy interesante son los intercomunicadores que facilitan la vigilancia del bebé desde cualquier punto de la casa sin tener que entrar en su dormitorio. Nos permiten escucharlo e incluso observarlo, ya que algunos modelos incorporan cámara digital.
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El diario del bebé