El Diario del Bebé.
La primavera ha llegado. Mientras se decide a quedarse, podemos aprovechar para revisar la ropa del bebé y adquirir prendas de entretiempo con las que combatir los bruscos cambios de temperatura tan propios de la nueva estación.
Lo primero a tener en cuenta es la zona en la que vivimos. Cierto es que el clima ha enloquecido y las pautas no suelen estar tan marcadas como en años pasados, pero parece bastante probable que sacaremos más partido a un chubasquero en el norte que en el sur.
Con los primeros rayos de sol y la subida de temperatura, apetece hacer más vida en la calle; un gorrito para proteger la cabeza del bebé y una sombrilla para la silla son fundamentales. Además, es bueno llevar siempre una crema infantil con factor de protección para proteger su piel.
El saco de la silla deberá ser más ligero para que le proteja de las corrientes de aire, pero sin abrigarle en exceso. No está de más hacernos con una mosquitera para las siestas en la sillita, a fin de evitar las visitas de los mosquitos.
La ropa debe ser cómoda con tejidos suaves que cuiden su piel, como el algodón. El body es una prenda básica que va adaptándose a las distintas estaciones: manga larga, manga corta, cuello de camisa, cuello alto, o de tirantes.
Los bebés suelen tener una especial fijación con sus zapatitos. Es importante que los bebés más pequeños tengan los pies cubiertos para evitar que se enfríen. Por eso, las prendas enteras que los cubren son una buena opción.
Siempre es bueno tener a mano una chaqueta. Es interesante adquirir al menos una que combine con varias prendas del armario del bebé.
Es práctico comprar la ropa pensando que la que utilicemos en primavera, también nos servirá en verano, así que es mejor no ajustar demasiado las tallas.
En caso de tener la suerte de poder aprovechar vestidos de la temporada pasada o de otros niñas, podemos alargar su vida añadiéndoles una puntilla en el bajo. Según el corte que tengan, también pueden utilizarse de camisolas sobre pantalones.
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El diario del bebé