El Diario del Bebé.
Tendemos a idealizar la infancia como un tiempo libre de preocupaciones pero tener pocos años no constituye un escudo frente a las situaciones de inestabilidad y los traumas por los que podrían pasar los niños en su día a día. Adaptarse a un nuevo colegio, superar el acoso o la presión de los amigos y despedirse de algún familiar querido requieren de una capacidad de afrontamiento que los padres pueden enseñar a sus hijos.
Según explica la Asociación Americana de Psicología desde su página web, la capacidad de los niños para seguir un desarrollo adecuado a pesar de todos estos retos y de las incertidumbres que forman parte del crecimiento y la infancia surge de las habilidades de resiliencia.
"Construir la resielencia, la capacidad de adaptarse bien a la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas e incluso a las fuentes de estrés, puede ayudar a nuestros niños a controlar el estrés y los sentimientos de ansiedad e incertidumbre", afirman los psicólogos americanos.
Sin embargo, los especialistas añaden que ser resiliente no significa que los niños no vayan a experimentar dificultades o malestar, ya que el dolor emocional y la tristeza son comunes cuando se sufre un trauma importante o una pérdida personal, o incluso cuando se escucha la pérdida o el trauma de otra persona.
10 CONSEJOS PARA CONSTRUIR LA RESILIENCIA
La resiliencia supone conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas con el tiempo. A continuación se exponen algunos consejos de la APA para ayudar a desarrollar esta capacidad para superar los conflictos vitales y salir fortalecidos en los más pequeños:
1. Establecer conexiones: enseña a tu hijo cómo se hacen amigos y qué significa la amistad, incluyendo la habilidad de la empatía o de sentir el dolor ajeno. Construye una red familiar fuerte para apoyar a tu hijo en los inevitables malos momentos y épocas por las que pase.
2. Enséñale a ayudar a los demás: los niños que se sienten más indefensos podrían sentirse mejor al ayudar a los demás. Involucra a tu hijo en un tipo de voluntariado apropiado a su edad o pídele que te ayude con alguna tarea que pueda realizar bien.
3. Mantén una rutina diaria: sigue una rutina que pueda ser reconfortante para los niños, en especial los más pequeños que necesitan estructura en sus vidas. Fomenta que tu hijo desarrolle sus propias rutinas.
4. Proporciona respiros: aunque es importante seguir las rutinas, estar preocupado continuamente por seguirlas podría ser contraproducente. Enseña a tu hijo cómo centrarse en aspectos diferentes a aquello en lo que está preocupado. Hay que estar alerta sobre posibles fuentes de conflicto para tu hijo, ya sean las noticias, internet o las conversaciones de los adultos y aségurate de que descansa de estas cosas si le ocasionan problemas.
5. Enséñale a cuidar de sí mismo: conviértete en su ejemplo y enseña a tu hijo la importancia de comer de forma correcta, realizar ejercicio y descansar. Asegúrate de que tiene tiempo para divertirse y momentos para relajarse de las rutinas del día a día. Cuidar de uno mismo, e incluso divertirse, ayudará al niño a estar en equilibrio y afrontar mejor los momentos estresantes.
6. Muéstrale cómo fijar metas: enseña a tu hijo a fijar objetivos razonables e ir hacia ellos paso a paso. Dar pasos pequeños hasta las metas y recibir aprobación por ello conduce a centrarnos en lo conseguido en vez de en aquello que el niño se ha propuesto conseguir. Esta actitud ayuda a construir la resiliencia para seguir adelante y afrontar los retos.
7. Alimenta una autoestima positiva: ayúdale a recordar cómo ha conseguido superar pruebas difíciles en el pasado y a comprender que estos retos pasados fortalecen el control sobre los futuros. Aprender a solucionar problemas por sí solo y a tomar las decisiones apropiadas también alimentará su autoestima. Enséñale a tomarse la vida con humor y a saber reírse de sí mismo.
8. Tomar perspectiva y mantener la esperanza: Incluso cuando se enfrente a acontecimientos muy dolorosos, ayuda a tu hijo a mirar la situación desde un contexto más amplio y a largo plazo. Ayúdale a ver que existe un futuro detrás de la situación actual y que el futuro puede ser bueno. Una mirada optimista y positiva permite al niño ver las cosas buenas de la vida y superar incluso los momentos más difíciles.
9. Examina las oportunidades de descubrimiento personal: en los tiempos difíciles a menudo los niños pueden aprender más sobre sí mismos. Ayuda a tu hijo a examinar cómo, sea cual sea el problema, éste puede sacar lo mejor de él y enseñarle sus fortalezas.
10. Aceptar que el cambio es parte de la vida: el cambio a menudo puede asustar a los niños y adolescentes. Ayuda a tu hijo a ver que el cambio es parte de la vida y que los nuevos objetivos pueden reemplazar a los que se han vuelto inalcanzables.
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