Algo muy normal en los niños de entre 2 y 5 años de edad son las “pataletas”. Estas se producen porque el niño aún no tiene adquirido el lenguaje y no sabe expresar lo que quiere de forma adecuada. A esta edad comienzan a ser más conscientes e independientes y les gusta "salirse con la suya".
Los motivos del berrinche pueden ser varios, cansancio, desear algo que se le niega, hambre, miedo, algo que le sale mal (frustración), etc. El objetivo de tal comportamiento es atraer la atención del adulto o conseguir lo que desea, también lo pueden utilizar para conocer los límites de los padres y saber si un “no” significa “no”.
¿SON PELIGROSOS?
Los berrinches, a pesar de su intensidad, nunca son peligrosos para su salud. Es cierto que hay niños que durante un tremendo llanto se pueden llegar a quedar sin respiración, e incluso quedarse morados por la falta de oxígeno. A pesar del susto, si el episodio dura menos de un minuto, en principio no hay que preocuparse. No obstante, siempre hay que consultar al pediatra para confirmarlo.
¿CÓMO PODEMOS ACTUAR?
1. La clave está en NUNCA CEDER, ser FIRMES y tener PACIENCIA. En el momento que sucede debemos ignorarlo, no atender a sus llantos ni súplicas. Corremos el peligro de que si le atendemos y cedemos, el niño aprenda que esa conducta sirve para conseguir lo que desea. Debe aprender que esa no es la forma de expresar sus emociones y deseos. Esta actitud firme también la tienen que tener el resto de cuidadores, ya que el niño puede aprender que el berrinche le funciona con algunas personas.
2. Evitarle el PELIGRO. Si vemos que en medio de un berrinche se puede hacer daño, sin decirle nada retiraremos objetos con los que pueda golpearse. Si esto no es posible, podemos coger al niño y llevarlo a un sitio donde esté seguro hasta que se calme. No debemos avergonzarnos si le ocurre en un sitio público, piensa que a muchos padres les ocurre o les ocurrió lo mismo y seguro que te comprenden. Es una manifestación normal en su desarrollo (porque no sabe expresar su frustración con palabras). Sácalo de donde estéis y dile que le atenderás cuando esté tranquilo.
3. No te enfades con él, esto complicará la situación. Ten paciencia y no lo atiendas, si el niño comprende que su comportamiento no tiene efecto y nadie le observa, se terminará cansando. Incluso puedes distraerle hablando de otras cosas.
4. Cuando llegue la CALMA, REFUÉRZALO, dale un abrazo y con cariño dile lo mucho que te gusta que esté tranquilo, que comprendes cómo se siente. Intenta razonar con él que esa conducta no es adecuada, que es mejor que explique lo que siente porque no conseguirá lo que desea, porque se puede hacer daño y porque los demás no le comprendemos. Si el niño ya tiene edad, podemos aprovechar para explicarle estrategias para manejar sus emociones.
5. PREVENIR, si conocemos los lugares o el motivo de un posible berrinche, podemos anticiparnos y razonar con él cómo deseamos que se comporte. Es bueno premiarlo si actúa de forma adecuada.
Si seguimos estos pasos las pataletas se acabarán, pero no olvides que hay que atenderle y reforzarlo cuando se esté portando bien. Muchas veces nos fijamos más en lo que hace mal y no premiamos lo que hace bien, lo que hace que aumentemos su mala conducta. Eduquemos siempre en positivo.