El Diario del Bebé.
La familia es el contexto donde se van adquiriendo los primeros hábitos, las primeras habilidades y las conductas que nos acompañarán a lo largo de nuestra vida.
Dentro de la familia, los padres tienen un papel muy importante en la socialización y el desarrollo emocional de los niños, y aunque esta influencia no es decisiva, sí que hay algunas cuestiones que se deberían conocer para tomar decisiones sobre la forma de educar y los efectos que los diferentes estilos parentales pueden ejercen sobre los hijos.
Existen cuatro variables esenciales en la tarea educativa, que los padres han de tener en cuenta:
a) El grado de control de la conducta o capacidad para poner normas y límites al comportamiento de los niños.
b) La comunicación, tanto verbal como no verbal.
c) La exigencia de madurez adecuada al período evolutivo en que se encuentra el niño.
d) El afecto o muestras de cariño y ternura tales como abrazos, caricias, reconocimiento o sonrisas.
Pues bien, según la importancia y el peso que se le conceda a cada una de estas dimensiones, se genera un estilo parental diferenciado, con unas consecuencias en el desarrollo social y emocional de los niños. Existen 3 estilos parentales básicos:
1. Autoritario. Los padres priman el control de la conducta y la exigencia de madurez, en detrimento de la comunicación y el afecto explícito.
El perfil infantil resultante suele ser el de un niño obediente, ordenado, poco agresivo, poco tenaz, poco afectuoso, con locus de control externo, baja autoestima, dificultades para relacionarse, con moral heterónoma enfocada a la evitación de castigos.
2. Permisivo. Estos padres muestran un alto nivel afectivo y de comunicación pero un bajo control y exigencia de madurez.
El perfil infantil asociado es el de un niño vital y alegre con poco autocontrol y heterocontrol, inmaduro, con baja competencia social, autoconcepto negativo e inseguridad, escasa motivación y bajos logros escolares, que asume pocas responsabilidades, con baja tolerancia a la frustración y escaso respeto por las normas y las personas.
3. Democrático. Estos progenitores presentan un nivel alto en las 4 variables. Son cálidos y afectivos y apoyan a su hijo, pero también le marcan normas y reglas claras. Muestran una buena comunicación con él y le exigen la madurez propia de su edad, a la vez que son accesibles a sus necesidades emocionales.
El perfil resultante suele ser un el de un niño alegre y espontáneo, con alto autocontrol, autoestima y confianza en sí mismo con un autoconcepto realista, alta interacción social, motivación e iniciativa, persistencia en la tarea, moral autónoma y escasos y poco intensos conflictos con los padres.
Teresa Arévalo es licenciada en psicología y psicopedagogía. En su blog turelajacion.wordpress.com aporta información, actividades y consejos prácticos sobre diversas técnicas de relajación y de desarrollo personal, con el objeto de introducir la calma en tu vida diaria, de una forma fácil y divertida. También la puedes seguir en Twitter turelajacion
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