El Diario del Bebé.
Cuando bajan las temperaturas, es habitual que nos preguntemos sobre la conveniencia de pasear al bebé al aire libre.
Exceptuando en caso de condiciones climatológicas extremas como fuertes lluvias, nieve o temperaturas muy bajas, es recomendable seguir paseándolo a diario, ya que este hábito le proporciona grandes estímulos hacia los cuales estará cada vez más receptivo. Además, la luz natural le ayudará a sintetizar la vitamina D, responsable de fijar el calcio a los huesos. La manera de producirla es mediante la exposición a la luz solar (no directamente al sol); un paseo diario de veinte minutos es suficiente para ello.
Debemos aprovechar las horas centrales del día para realizar el paseo, ya que los contrastes de temperatura son menos fuertes, y el bebé es muy sensible a ellos. Hay que vigilar las corrientes de aire directas y llevar siempre el plástico para la lluvia que también le protegerá del viento.
Le abrigaremos muy bien, vistiéndole por capas. La cantidad de ropa vendrá determinada por el clima del lugar donde vivimos. Gorrito y manoplas son prendas indispensables, ya que el bebé pierde calor más deprisa por la cabeza y las manos.
Para evitar los cambios bruscos de temperatura, cuando entremos en un establecimiento con calefacción, le quitaremos alguna prenda. Si le notamos incómodo, o con las uñas y labios amoratados, regresaremos enseguida a casa.
En caso de no poder salir de paseo, colocaremos su cuna o hamaquita cerca de la ventana, de tal manera que pueda seguir recibiendo los beneficios de la luz solar.
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El diario del bebé