Entre el cuarto y quinto mes de vida del bebé, el pediatra nos indicará las pautas adecuadas para comenzar a introducir los cereales en su dieta. En algunas ocasiones puede ser conveniente atrasar este momento, por ejemplo en el caso de bebés prematuros o de bebés alimentados con leche materna (a partir de los seis meses).
Los cereales son el primer alimento distinto a la leche, ya sea materna o de fórmula, que el bebé va a probar. Con ellos se inicia la alimentación complementaria, un proceso que durará hasta los doce meses aproximadamente, donde iremos introduciendo poco a poco todos los alimentos en la dieta del bebé (fruta, verduras, carne, pescado, legumbres, huevo).
EL PROCESO
Los primeros cereales que tomará el bebé son los que no tienen gluten, como el arroz, el maíz, el mijo, el sorgo y la soja (en ocasiones), especialmente preparados para ellos ya que siguen procesos de elaboración que los hacen más digestivos. Generalmente, los cereales con gluten (trigo, cebada, avena, centeno) suelen introducirse entre los 5 y los 7 meses. Más adelante podemos darle cereales más variados, por ejemplo con miel, frutas, galleta o chocolate.
Para preparar los cereales seguiremos las pautas que nos indique el pediatra. Por lo general se empieza añadiendo un cacito de cereales al biberón del desayuno para comprobar que le sientan bien, y si no fuera el caso, poder actuar en consecuencia. A los dos días introduciremos otro cacito en la toma de la cena. Cuando transcurran uno o dos días añadiremos otro cacito más al desayuno y así sucesivamente.
Para prepararlos, una vez tengamos la leche templada (materna o de fórmula) en el bibe, echaremos los cereales y posteriormente lo agitaremos bien para su completa disolución. Es conveniente cambiar la tetina por una con un agujero mayor. Nunca agrandaremos los agujeros con cuchillos u otros utensilios. Si el bebé no se lo come todo, tampoco lo guardaremos para otra toma.
Según las necesidades del niño, el pediatra nos indicará la cantidad de cereales que tiene que tomar, con lo que dependiendo de eso podrá seguir tomándolos en biberón o, por el contrario, en papilla.
¿Y SI LOS RECHAZA?
En principio, los bebés suelen aceptar bien los cereales en biberón. Si no fuera así, podemos probar a dárselo directamente con cuchara pequeña, blanda y plana. Deberemos introducir la punta de la cuchara y sacarla de tal manera que con el labio superior arrastre la papilla.
Si sospechamos que el bebé tiene molestia o pesadez de estómago, podemos probar con otra marca de cereales. En cualquier caso, ante la duda consultaremos con su pediatra.
No es extraño que el bebé pueda sentirse estreñido los primeros días. Hasta que empiece a introducirse la fruta, una opción es probar con variedades de cereales ricos en fibra, pero tiene que ser el propio pediatra quien nos los recomiende.
LA INTOLERANCIA AL GLUTEN
Ante la mínima sospecha de enfermedad celíaca (EC), el pediatra realizará las pruebas pertinentes para salir de dudas. La EC es una patología cada vez más conocida y tratada que no requiere medicación; eso sí, en caso de diagnosticarse, es imprescindible que el niño siga una estricta dieta sin gluten toda su vida.
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El diario del bebé