Aunque cada embarazada vive esta época de manera de manera distinta, suele ser bastante habitual que, según va acercándose el parto, estemos más nerviosas por los acontecimientos que viviremos próximamente.
Nos preocupa nuestra salud, la del bebé, cómo será el parto, cuándo empezará e incluso si seremos buenas madres. También puede afectarnos la actitud de los demás hacia nosotras, que en estos momentos suele ser de sobreprotección.
Con todo esto, puede ser que estemos más susceptibles o nerviosas. Posiblemente estemos incómodas, no durmamos del todo bien y nos cueste movernos. Además, si es nuestro segundo hijo, intentaremos seguir atendiendo al primero con todo nuestro cariño. Con todo esto, puede que haya un momento en el que parezca que todo nos supera.
CÓMO AFRONTAR ESTOS MOMENTOS
Si estamos preparadas para los cambios emocionales, podremos racionalizarlos y darles la importancia que requieren. Tenemos que tener paciencia y comprensión con nosotras mismas y no pensar en ningún momento que estamos solas.
Todas esas sensaciones, preguntas y dudas que se nos presentan son normales. Quizá no nos apetezca mucho hablarlo, pero es importante que nuestra pareja o nuestra familia sepan lo que nos pasa. Hay que evitar cerrarse.
Las clases prenatales son una buena ocasión para plantear nuestras dudas. La matrona y el ginecólogo también nos resolverán las cuestiones que les preguntemos.
El diario del bebé