El Diario del Bebé.
Durante la gestación, suele ser habitual que el ginecólogo recete a la mujer embarazada un suplemento vitamínico prenatal. Esto es debido a que la alimentación diaria no aporta la cantidad suficiente requerida. Es importante seguir las indicaciones del médico en cuanto a la dosis y al momento de la ingesta.
Lo ideal es comenzar a tomar las vitaminas prenatales desde el momento en el que nos planteemos un posible embarazo. Concretamente, se recomienda tomar ácido fólico desde tres meses antes de la concepción.
Las vitaminas prenatales se diferencian principalmente de la vitamina normal en su contenido en hierro y ácido fólico, considerados los aportes complementarios más importantes durante el embarazo.
Por lo general, suelen contener los siguientes ingredientes esenciales para el buen desarrollo del bebé:
Calcio: ayuda a fortalecer los dientes de la futura mamá y es necesario para construir los huesos y dientes del bebé.
Cobre: previene la anemia y ayuda a formar los huesos del bebé.
Ácido fólico: contribuye a la formación de glóbulos rojos y reduce el riesgo de anomalías del tubo neural.
Yodo: ayuda a controlar el metabolismo.
Vitaminas A, B1, B2, B3, B6 y E: necesarias para la salud general y el metabolismo.
Vitamina B12: estimula la formación de sangre.
Vitamina C1: facilita la absorción del hierro.
Vitamina D: fortalece los huesos y los dientes del bebé y ayuda a que su cuerpo utilice el fósforo y el calcio.
Cinc: contribuye a equilibrar los fluidos del cuerpo y colabora con la función muscular y nerviosa.
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