Según se va acercando la fecha probable de parto, es normal que podamos tener sensaciones de inseguridad o temor, ya que es algo de lo que hemos oído hablar mucho pero a lo que nunca nos hemos enfrentado.
Cada mujer es diferente al igual que cada embarazo; por consiguiente, hay muchas preocupaciones distintas y diversas maneras de enfrentarse a ellas. No sólo el parto en sí es motivo de preocupación, sino también la salud del bebé y la futura responsabilidad como padres.
IDEAS QUE NOS PUEDEN AYUDAR
Vivir un embarazo responsable. Debemos cuidar de nosotras para cuidar del bebé. Es bueno seguir las indicaciones médicas, controlar el peso, comer sana y nutritivamente, tomar las vitaminas prenatales, acudir a las citas con el ginecólogo o la matrona y asistir a los cursos de preparación al parto.
Estar informadas. Diversos estudios demuestran que si estamos bien informadas, el temor a lo desconocido es menor. Conocer lo que puede ocurrir nos ayudará a relajarnos y según vaya transcurriendo el parto nada nos resultará extraño. La búsqueda de esa información neutra y objetiva es vital. Leer libros, elaborar una lista de preguntas y hablar de nuestras preocupaciones con el médico, la matrona, la pareja o amigas de confianza nos ayudará. Ante la avalancha de testimonios y consejos bienintencionados que recibiremos, les daremos la importancia justa ya que cada mujer, cada embarazo y cada parto son distintos.
Compartir nuestras preocupaciones. Intentar no cerrarnos ya que al compartir los temores se minimiza la sensación de inseguridad. Si nos cuesta expresar los sentimientos, acudiremos a una persona de máxima confianza o puede que escribiéndolos nos sintamos más a gusto.
Confiar en nosotras mismas. Nos enfrentamos a algo que desconocemos y que no sabemos cómo se desarrollará (cuándo llegará el día, dónde nos encontraremos, si romperemos aguas, si será parto o tal vez cesárea). Tenemos que confiar en nosotras, y veremos que según vayan despejándose las dudas nos iremos relajando, centrándonos en nosotras y en el bebé, poniendo en práctica todo lo que hemos ido aprendiendo a lo largo del embarazo. Si nos entra el pánico pensando que se nos va a olvidar cómo respirar o las técnicas aprendidas, contamos con el apoyo de un equipo médico estupendo que nos irá guiando por todo el proceso.
Confiar en nuestra pareja o acompañante. Si nos sentimos apoyadas y respaldadas en ese momento, nos encontraremos más tranquilas. Es muy importante que esa persona no pierda la calma generándonos estrés. Debe estar informada sobre el posible desarrollo de los acontecimientos, así como saber lo que esperamos de ella. Si es posible, lo ideal es que nos acompañe a varias clases de preparación al parto.
Confiar en el equipo médico. Además de contar con el apoyo de nuestra pareja o la persona que hayamos elegido para ese momento, contamos con ese equipo de profesionales preocupados por nuestro bienestar y el del bebé. Tal vez se nos ocurran situaciones que nos produzcan vergüenza o pudor. A estas alturas, hay pocas conductas que puedan sorprender a los profesionales sanitarios; además en el momento crucial lo que realmente nos importará será nuestro bebé y todo lo demás pasará a un segundo plano.
Tomar decisiones. Según vayamos tomando decisiones que afectarán al momento del parto, nos sentiremos más seguras. Podemos ponerlo por escrito en el plan de parto. Este documento sirve para expresar nuestros deseos respecto al parto, de tal manera que, en el momento de dar a luz, el equipo médico conozca nuestras preferencias. Como es natural, si las circunstancias del parto lo exigieran, se reservan el derecho de actuar de otro modo. El plan de parto se entrega en el hospital o clínica donde vayamos a dar a luz, generalmente entre las semanas 28 y 32.
Cursos de preparación al parto. Nos darán toda la información necesaria para saber cómo se desarrolla un parto, tipos de anestesia, técnicas para minimizar el dolor o ejercicios prácticos de relajación. También nos informan sobre temas muy interesantes como la canastilla, los cuidados del bebé, la lactancia o el postparto. Es el momento de plantear todas las dudas a la matrona. Compartir ese momento con otras embarazadas nos hará ver que todo lo que nos pasa por la cabeza es muy normal.
El diario del bebé