La diabetes gestacional es una intolerancia a los hidratos de carbono que aparece por primera vez durante el embarazo. El exceso de peso es un factor que contribuye a su aparición. Por eso, conviene tenerlo en cuenta si estamos pensando en tener un bebé.
Mientras que en algunas embarazadas los síntomas pueden ser inapreciables, otras pueden notar algunos tales como visión borrosa, fatiga, mucha sed, gran consumo de agua, incremento de la micción, náuseas y vómitos, infecciones urinarias o candidiasis vaginal.
Se diagnostica con el Test de O’Sullivan que se realiza durante las semanas 24 y 28 de gestación (más conocido como prueba de la glucosa).
En caso de sufrirla, el médico nos precisará cómo debemos modificar nuestra alimentación. No es motivo de alarma pero debemos seguir rigurosamente sus indicaciones. Lo más probable es que una vez que nazca el bebé, el problema desaparezca.
Para su tratamiento se recomienda hacer ejercicio con regularidad y aumentar el consumo de líquidos. La dieta es esencial y se adaptará a los niveles de glucosa de cada embarazada.
UNA DIETA EQUILIBRADA
En caso de diagnosticarnos diabetes gestacional, las pautas generales recomendadas suelen ser:
CÓMO PREVENIRLA
Teniendo en cuenta los factores de riesgo, es sencillo deducir las pautas de prevención para la diabetes gestacional. El control del peso y una dieta equilibrada, antes y durante el embarazo, son fundamentales para ello.
Por otro lado, el ejercicio físico moderado ayuda a mantener el peso, y el perfil hormonal y lipídico dentro de los valores adecuados. Una buena actividad es caminar una hora diaria.