La mayoría de las mujeres, al enterarse de que están embarazadas, se imaginan con barriguita preguntándose cómo será esa nueva experiencia tan especial. Casi todas están deseando que crezca para lucirla cuanto antes y poder compartir su felicidad con el resto del mundo.
Generalmente esto suele pasar hacia el quinto mes, antes cuando se trata del segundo o tercer hijo. Al igual que cada mujer, cada embarazo es distinto, así que tampoco debemos preocuparnos y compararnos con otras embarazadas. Ante cualquier duda, consultaremos con nuestro ginecólogo.
El tamaño y la forma de la barriguita vienen dados por el crecimiento del útero, el tamaño del bebé, cómo está colocado y el tono muscular de la mamá. Dentro de la barriga se encuentran la placenta, el líquido amniótico, el útero y el futuro bebé.
Según va avanzando la gestación, es habitual que los más atrevidos intenten adivinar el sexo del futuro bebé, generalmente no lo conoceremos hasta la semana 20. No hay ninguna relación entre el sexo del bebé y la forma de la barriga.
El hecho de que sea o no el primer hijo de la mujer, influye en si la barriga es ‘alta’ o ‘baja’. Tras embarazos anteriores la tripa suele estar más baja y abultada. Las mujeres grandes y de caderas anchas suelen tener menos tripa que las más menudas.
Cuando el feto está cruzado, la tripa es más ancha; si está de pie se verá más plana, y si se pone cabeza abajo aparecerá más picuda.
Para evitar que salgan estrías es indispensable hidratar la piel mañana y noche. Además hay muchas cremas preventivas. Los picores vienen producidos porque la piel se reseca debido a la distensión. Evitar la humedad, el calor, vestir con prendas naturales y mantener la tripa al aire cuando sea posible nos aliviará.
El diario del bebé