Vídeo entrevista con la doctora Montserrat Espuña, Jefa de la Unidad de Uroginecología en el Instituto de Ginecología y Obstetricia de Hospital Clínic de Barcelona.
La incontinencia urinaria afecta a la persona a nivel físico, psicológico y social, repercutiendo negativamente en su calidad de vida. Es habitual que la mujer embarazada la sufra ya sea con síntomas leves o moderados, especialmente al final de la gestación. Su aparición se debe a la sobrecarga que supone para los músculos del suelo pélvico la presión del propio peso del embarazo, sobre todo los cambios hormonales que provoca.
Ante estas pérdidas de orina en la mujer embarazada y su postparto, hay una percepción de normalización. Sí hay que darle importancia, además de poder aplicarse estrategias preventivas por parte de la mujer y técnicas para su tratamiento. Entre esas estrategias se encuentra no aumentar excesivamente de peso y hacer los ejercicios de Kegel desde el principio del embarazo. Estos ejercicios consisten en la contracción del suelo pélvico cuyo estado influye en la posibilidad de padecer incontinencia.
Tanto en el postparto inmediato como a largo plazo, haber tenido incontinencia urinaria en el embarazo es un factor de riesgo, independientemente del modelo de parto que se haya tenido.