El aumento de peso durante la gestación es una manera de controlar el crecimiento y bienestar del bebé. Es importante que en el menú diario prevalezca la calidad antes que la cantidad y procuremos comer aquellos alimentos que más le benefician.
El peso se gana de forma gradual y varía según las mujeres. A modo orientativo, puede ganarse un kilo al mes en el primer trimestre, cuatro kilos en el segundo trimestre y cinco en el tercero.
El ginecólogo o la matrona irán controlando cómo evoluciona en cada revisión, ya que un aumento excesivo incrementa el riesgo de padecer diabetes gestacional, hipertensión, preeclampsia, problemas circulatorios y respiratorios, molestias musculares, dificultad para dormir o partos más complicados.
Además, de cara al posparto, puede ser más complicado recuperar la figura anterior al embarazo. La creencia es que, normalmente, el cuerpo tarda otros nueve meses en volver a su estado inicial. Aunque esto depende de muchos factores como la genética, nuestros hábitos alimentarios, el ejercicio físico, la edad, la altura y el peso.
Por otro lado, perder peso durante las primeras semanas de embarazo es bastante habitual y no suele ser motivo de preocupación, teniendo en cuenta que es probable que aparezcan náuseas, vómitos y otras molestias.
El embarazo no es el momento para probar nuevas dietas, sino de proporcionarnos energía y nutrientes: cuidar de nosotras es cuidar del bebé.
LA DISTRIBUCIÓN DEL PESO
Durante la gestación, la distribución de los kilos varía según la mujer, sus hábitos y otros factores. A modo de orientación, puede servir la siguiente tabla en la que se calcula un aumento de entre 12 a 17 kilogramos.
- Bebé: 3 a 4 kilos
- Placenta: 1 kilo
- Líquido amniótico: 1 kilo
- Útero: 1 kilo
- Aumento de pecho: 1 a 2 kilos
- Aumento en el flujo sanguíneo: 1,5 a 2 kilos
- Retención de líquidos: 1 a 2 kilos
- Reservas maternas para el embarazo y la lactancia (grasa, proteínas y otros nutrientes): 2,5 a 4 kilos
El diario del bebé