El Diario del Bebé.
Un seguro de vida es un producto que muchas personas necesitan, pero que no todas contratan. España ocupa los últimos puestos en el ranking de contratación de seguros de vida, según un estudio que analiza la situación de los seguros de vida en los países europeos. Este informe revela que solo el 42% de la población española tiene contratado algún tipo de seguro de vida, así evidencia que en nuestro país no se considera prioritario contar con un seguro de vida para la protección familiar, frente a otros países donde las tasas de contratación están muy por encima de España.
El mismo estudio señala que el volumen de las primas vinculadas al seguro de vida también se encuentra entre los más bajos del Viejo Continente. Mientras que la media española no supera los 900 euros, en Holanda ronda los 3.000 euros.
“Los españoles que sí cuentan con un seguro de vida conocen de su importancia, aunque en ocasiones no tienen muy claras sus coberturas y condiciones”. De hecho, las cantidades aseguradas o la forma de cobrar el seguro por parte de sus familiares son generalmente ignoradas por los tomadores del seguro. Esto suele ser debido a un mal asesoramiento o a la imposición de estos productos por las entidades bancarias.
“El seguro de vida no es la compra más emocionante, pero puede ser la más importante, además de un acto de amor y responsabilidad hacia los tuyos”, explica Víctor Gómez, fundador de Ibervida, correduría especializada en seguros de vida. En este escenario y dentro del grupo de personas de riesgo que deberían tener contratado un seguro de vida hay algunos para los que esto resulta especialmente necesario, todos los padres y madres.
Cada miembro de una familia o pareja juega un papel importante en los ingresos de la unidad familiar. La muerte de cualquiera de ellos, hace que la situación se desequilibre al reducirse de manera notoria los ingresos, y esto puede tener consecuencias financieras desastrosas, como por ejemplo tener que cambiar la vivienda familiar por no poder asumir los gastos. Este tipo de situaciones, mucho más frecuentes de lo que nos pensamos, se pueden evitar o al menos reducir significativamente, con la contratación de un seguro de vida, una importante cuestión que cada uno se debe plantear como una responsabilidad para poder mantener el nivel de vida de sus seres queridos.
“El seguro de vida proporciona tranquilidad económica. Si usted fallece, su pareja e hijos podrán seguir asumiendo los gastos, saldar deudas pendientes, pagar impuestos como el de sucesiones y afrontar cuestiones tan importantes como la educación”. Nadie puede predecir su muerte, pero sí reducir o aminorar sus consecuencias.
El seguro de vida también otorga una estabilidad financiera incluso en el caso perdida de ingresos en la unidad familiar, ya que reemplaza los ingresos mensuales por un periodo de tiempo, lo cual permite a la familia mantener su estilo de vida”, mantienen desde Ibervida. Hay varias cosas que todos como padres hemos de considerar antes de elegir el mejor seguro de vida. Existe la necesidad de valorar el nivel de coberturas adecuado y las circunstancias personales, por ejemplo, el número de miembros de la familia, quien es el que aporta mayores ingresos, el tipo de profesión, las deudas contraídas (hipotecas, préstamos), el nivel de vida adquirido, etc.
Desde Ibervida nos indican que hoy en día se puede encontrar una protección adecuada por un precio realmente competitivo y que existen varias compañías que ofrecen interesantes pólizas que pueden cubrir las necesidades más exigentes. Antes de decidir, hay que considerar cuidadosamente las mejores opciones: “Un comparador de seguros de vida puede ayudar a seleccionar las mejores coberturas para cualquier persona y circunstancia”.
Mientras que el precio depende fundamentalmente de dos factores, el capital a asegurar y la edad del asegurado. Existen también otros factores que se deben tener en cuenta para saber cuánto cuesta un seguro de vida.
La regla general que se debe seguir es en primer lugar no dejar ninguna deuda, por tanto aquellos padres que poseen una propiedad hipotecada, especialmente si tienen hijos, deben tener como mínimo el importe pendiente de la hipoteca asegurado con el objetivo de liquidar su préstamo hipotecario si fallecen. “Esto significa asegurarnos de que nuestra pareja e hijos podrán permanecer en el hogar familiar y no tendrán que preocuparse por pagar la hipoteca con los ingresos sensiblemente reducidos”, afirma Daniel Jimenez.
Una vez cubiertas las deudas, siempre y cuando el presupuesto lo permita, lo ideal sería dejar un colchón económico que permita a la familia adaptarse a las nuevas circunstancias, lo recomendable es proteger un periodo de entre 3 y 5 años. Para este cálculo se pueden analizar los ingresos anuales del asegurado y multiplicarlos por 3 o por 5.
Por todo esto, desde la correduría de seguros nos invitan a reflexionar para contratar este tipo de productos ya que es una decisión importante de la que puede depender el futuro de nuestra familia. Saber que se necesita, encontrar las condiciones y buscar un correcto asesoramiento.
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