El Diario del Bebé.
Cuando te encuentras en la semana 20 de embarazo, vas con toda la ilusión a la ecografía morfológica. Sabes que en esa ecografía vamos a poder realizar el estudio pormenorizado de la morfología fetal para valorar si existe alguna alteración tu bebé. Pero cuál es tu sorpresa, cuando te informan de que te a realizar una ecografía transvaginal y no para mirar al bebé, sino porque se quiere estudiar la longitud del cuello uterino. El objetivo es poder valorar el riesgo de parto prematuro, es decir, de un parto antes de la semana 37 de gestación. La razón es que pacientes asintomáticas con una longitud cervical acortada está incrementado el riesgo de parto prematuro espontáneo pretérmino.
Qué es el pesario cervical y para qué sirve
Si en la semana de estudio, la semana 20, existe un cuello uterino por debajo de 25 milímetros se precisa una nueva exploración quince días más tarde. Si en dicha prueba se continúa observando cierto acortamiento cervical, en algunos centros te pueden ofertar la posibilidad de inserción de un pesario cervical. Este pesario es un anillo de silicona que se coloca alrededor del cuello cervical a través de la vagina para modificar el ángulo existente entre cuello y cuerpo uterino.
El objetivo del pesario cervical es disminuir el riesgo de un parto antes de tiempo, un parto prematuro. Esta práctica está apoyada en un trabajo de investigación, el Estudio del Pesario Cervical para Evitar Prematuridad (PECEP), cuyos resultados se publicaron en la revista médica The Lancet en 2012. Sus conclusiones hablan gran beneficio que se puede obtener gracias al pesario cervical en las pacientes con alto riesgo de desencadenar un parto pretérmino.
Cuándo está contraindicado el pesario cervical
No se puede instaurar este anillo en aquellos embarazos en donde exista alguna anormalidad fetal que precise cirugía o pueda acarrear repercusiones importantes para el bebé; en caso de tener dolor regular de contracciones uterinas; si se produce rotura prematura de membranas en el momento de estudio; si existe un cerclaje cervical in situ o sangrado vaginal activo; si la paciente ha sido intervenida de una conización o presenta placenta previa o alteraciones estructurales uterinas mayores.
Antes de insertar el pesario, sería conveniente realizar un exudado vaginal para descartar patologías infecciosas que, en caso de existir, sería preciso tratar. Tras la colocación del anillo de silicona, puede existir un flujo mucho más abundante de lo normal. No es preocupante, puesto que es algo originado por la presencia de un cuerpo extraño en tu vagina. En caso de prurito vulvovaginal o malestar, debes informar a tu obstetra para que te realice una nueva determinación bacteriológica, puesto que son habituales las infecciones vaginales tras la implantación del pesario. Los controles posteriores de tu gestación deben ser realizados en una consulta de Alto Riesgo Obstétrico y precisas de reposo domiciliario para lograr evitar un parto prematuro.
La retirada del pesario cervical se debe realizar a la semana 37 de embarazo o previamente, en caso de sangrado vaginal activo, malestar severo de la paciente o si comienzas con síntomas y signos propios de una amenaza de parto prematuro que precise el empleo de tratamiento tocolítico. Pero lo más importante en estos casos es que confíes en tu especialista y acudas a él o a un servicio de urgencias, ante cualquier eventualidad.
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