El Diario del Bebé.
Aunque la rubéola es una infección que por lo general tiene efectos leves en los niños, en una mujer embarazada llega a tener graves consecuencias, por ello, lo ideal es que acudas al médico antes de embarazarte.
El virus que causa este padecimiento se transmite por el aire cuando una persona infectada estornuda o tose. Los síntomas aparecen entre dos y tres semanas después de la exposición y el periodo más contagioso son los cinco días después de que surge la erupción característica en la piel. Cuando este virus infecta a una mujer en las primeras etapas del embarazo, hay un 90 por ciento de posibilidades de que la transmita a su hijo, esta situación puede provocar la muerte del feto, así como otros problemas que se conocen como “síndrome de rubéola congénita”.
Son numerosas las complicaciones que este padecimiento podría acarrear a un bebé, entre ellas pueden mencionarse defectos de audición, oculares y cardíacos, además puede asociarse con trastornos permanentes como diabetes mellitus y disfunción tiroidea.
De acuerdo con datos de la OMS, en el mundo nacen anualmente 110 mil bebés con este síndrome.
A pesar de que no se dispone de un tratamiento específico para la rubéola, esta enfermedad es prevenible mediante la vacunación. En todo caso, recuerda que luego de tener esta infección, las personas son inmunes para la enfermedad.
Con un examen de sangre es posible saber si alguien está protegido contra la enfermedad, y todas las mujeres que estén en posibilidades de embarazarse deben hacérselo, sobre todo si no están seguras de haber recibido la vacuna.
Si te inmunizan, es importante que esperes para embarazarte por lo menos un mes luego de este procedimiento, sin embargo, si ya estas embarazada, no es recomendable que te vacunes. Deberás evitar el contacto con gente que pudiera estar enferma, adicionalmente tienes que revisar que las personas que viven contigo, como tus otros hijos, tengan todas sus vacunas y luego del parto, consulta con tu doctor cuándo puedes protegerte contra la rubéola.
Toma en cuenta que entre los síntomas frecuentes de esta enfermedad se encuentran la fiebre, dolor de cabeza, malestar general y secreción nasal antes de la aparición de las erupciones cutáneas.
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