El Diario del Bebé.
Sí. Escoger el sexo de tu hijo es técnicamente posible gracias a los avances en los tratamientos de fertilidad, que permiten a los médicos crear o identificar embriones de determinado sexo.
La elección del sexo es una opción para las parejas que no quieren transmitir enfermedades genéticas hereditarias y ligadas al sexo a sus hijos. Algunos padres también encuentran esta opción tentadora si ya tienen un hijo o hijos de un sexo y desean un hijo del sexo opuesto (a esto algunas veces se le conoce como “equilibrio familiar”).
Pero no todas las opciones actuales para la elección del sexo son igual de eficaces, y los precios y disponibilidad varían.
Los métodos más precisos para elegir el sexo de un bebé son generalmente los más caros (decenas de miles de dólares en Estados Unidos). Además, suelen implicar tratamientos de infertilidad invasivos y medicamentos para la fertilidad con efectos secundarios.
Si estás interesada en probar alguna de estas técnicas para lograr tener hijos de ambos sexos, tendrás que cumplir además con estrictos requisitos de elegibilidad. En algunos casos, solo reunirás los requisitos si estás casada y ya tienes por lo menos un niño del sexo opuesto al que estés buscando. Algunas clínicas tienen, además, límites de edad o requieren que te hagas estudios hormonales para constatar que aún eres fértil.
Y ten en cuenta que la madre naturaleza ya ha inclinado las probabilidades un poco a favor de los varones. En Estados Unidos, nacen aproximadamente 105 niños por cada 100 niñas. Esto, de acuerdo con información publicada por el Centro Nacional de Estadísticas de la Salud (NCHS, por sus siglas en inglés).
Continúa leyendo si deseas informarte más sobre cómo funcionan los métodos para tener un niño o una niña, si reúnes los requisitos para intentarlos y cuánto cuestan.
Los tratamientos de fertilidad es una opción que puedes intentar para elegir el sexo de tu bebé. Los siguientes métodos de elección del sexo se obtienen a partir de dos tratamientos de fertilidad existentes: la fertilización in vitro (FIV) y la inseminación artificial (IA).
Estos tratamientos requieren que inviertas una cantidad significativa de dinero y tiempo, y por lo regular incluyen medicamentos para la fertilidad. Es importante que te informes bien, antes de decidir si las técnicas de alta tecnología para escoger el sexo del bebé es la mejor opción para ti.
La IA es el tipo de tratamiento que coloca el esperma más cerca del lugar donde ocurre la fecundación. Hay varios métodos de IA, pero el más común es la inseminación intrauterina.
En la inseminación intrauterina, el médico introduce a través de un tubo muy delgado (catéter) esperma directamente en el cuello del útero. Podrías también necesitar medicamento para la fertilidad.
En la FIV, la fecundación se produce fuera del organismo (in vitro significa literalmente en vidrio). La FIV comienza con una serie de medicamentos que aumentan la fertilidad al estimular los ovarios para que produzcan varios óvulos para la fecundación, en lugar del único óvulo que normalmente liberas cada mes.
Cuando tus óvulos estén listos para extraerse, el médico te administra un anestésico e introduce una aguja por la pared vaginal para revisar tus ovarios y folículos (los sacos llenos de fluido donde se maduran los óvulos). Luego tu doctor inserta una aguja delgada a través de la pared de la vagina para remover los óvulos de los folículos.
Después de eso, tus óvulos se fecundan con el esperma en una placa de Petri. Entre tres y cinco días después, el médico coloca los óvulos fecundados (ahora embriones) en el útero a través de un catéter delgado que se introduce por tu vagina y cérvix (el cuello uterino).
El número de embriones que se introduzcan dependerá de la edad que tengas, la calidad de los embriones y tus antecedentes reproductivos. Como regla general, si tienes menos de 35 años y los embriones parecen ser sanos, te transferirán no más de dos.
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