El Diario del Bebé.
Las vellosidades coriónicas son unidades con la forma de un pequeñísimo dedo en la placenta (una estructura en forma de disco que se adhiere al recubrimiento interno del útero y provee de nutrientes al feto a través del cordón umbilical). Tienen la misma estructura genética y los mismos cromosomas que el feto.
Durante la biopsia de vellosidades coriónicas, se extraen algunas células de la vellosidad coriónica y se las analiza para observar si existen mutaciones cromosómicas, como el síndrome de Down, la enfermedad de Tay-Sachs o el síndrome del X frágil.
Esta prueba se realiza como sustitución de la amniocentesis dado que se puede llevar a cabo al comienzo del primer trimestre, dándole más tiempo a los futuros padres para recibir asesoramiento y tomar decisiones. A diferencia de la amniocentesis, la biopsia de vellosidades coriónicas no provee información sobre defectos del tubo neural como la espina bífida. Los riesgos asociados con la biopsia de vellosidades coriónicas son mayores que los de la amniocentesis. Por lo tanto, deben tenerse en consideración tanto los beneficios como los riesgos de la prueba.
El examen se hace en una de estas dos maneras:
Muchas mujeres indican que la biopsia de vellosidades coriónicas no causa dolor. Algunas sienten calambres, similares a los de la menstruación, cuando se extrae la muestra. Una vez que se extrae la muestra, el médico controlará los latidos del corazón del feto. Después de la extracción de la muestra debe descansar durante varias horas.
La mayoría de las mujeres no tienen embarazos de alto riesgo y por lo tanto no necesitan este examen. Pero es posible que su proveedor de salud le recomiende este examen en los siguientes casos:
Los riesgos posibles de este examen son los siguientes:
Entre la semana 10 y la 12.
Los resultados están listos aproximadamente entre unas horas y un par de días después, dependiendo de lo que se deba analizar en la prueba.
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