El Diario del Bebé.
Durante el embarazo, los músculos abdominales se van expandiendo y los órganos se desplazan para dejar espacio al bebé. El resultado de este cambio fisiológico produce una rotura en la línea alba dando lugar a la diástasis. Tras el parto, en una minoría de mujeres el abdomen vuelve a su lugar.
Sin embargo, en el 80% no mejora de forma natural y persistirá un volumen similar al de una embarazada de 4 meses. La diástasis puede tener consecuencias en la salud y en el día a día de las mujeres que la sufren. Muchas mujeres dan por hecho que es normal sentir algo de dolor en sus relaciones, o tener perdidas de orina o incluso quedarse con tripita. Es algo que han ido asumiendo de generación en generación. Pero no es así. Todo esto se puede tratar y solucionar.
La valoración por parte de un fisioterapeuta es suficiente para confirmar la existencia de una diástasis, pero muchas mujeres nunca han oído hablar de esta lesión y la confunden con una consecuencia del aumento de peso que se produce durante el embarazo. Este es uno de los principales hándicaps a los que se enfrentan las pacientes que padecen esta lesión: la falta de información y cómo tratarla.
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