El embarazo supone una “conmoción fisiológica” porque prácticamente en la totalidad de los órganos y estructuras de la mujer se producen cambios. Ejemplo claro de ello es el útero, que varía su tamaño, peso y posición. Durante las seis semanas que dura el puerperio, el cuerpo va recuperando su normalidad y, concretamente, el útero experimenta lo que se conoce como ‘involución uterina’, que es el retorno de este órgano a su tamaño, altura y posición original tras el embarazo y parto. Este proceso natural es posible gracias a los entuertos
Por Redacción, 14-06-2015 06:48:00El Diario del Bebé.
Los entuertos son contracciones cuya función es favorecer que el útero recupere su tamaño, posición y lugar original. Pero, además, posibilitan el taponamiento de los vasos sanguíneos que se rompen con la expulsión de la placenta y que provocan el sangrado o loquios tras el parto.
En la fase de alumbramiento, una vez que sale la placenta, el útero se contrae fuertemente. Es una acción instantánea que forma parte de este proceso natural y necesario de recuperación. Durante los días siguientes los espasmos se irán sucediendo a intervalos hasta que el útero alcance su estado habitual.
El útero de una mujer que acaba de parir mide aproximadamente entre 20 y 25 centímetros, se encuentra un dedo por encima del ombligo y es palpable en el abdomen, se percibe como un bulto duro, con más frecuencia en el lado derecho de la tripa. A partir de las 24 horas siguientes, comienza a reducirse 1,5 o 2 centímetros cada día hasta el décimo día aproximadamente, que deja de palparse ya en la cavidad abdominal.
El útero tarda unos 20 o 40 días en recuperar su estado habitual. Durante los cinco primeros días, la mujer notará contracciones más frecuentes e intensas y fuertes, aunque la percepción depende de cada mujer obviamente, y poco a poco estas disminuirán en intensidad y número a medida que el útero se normaliza.
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