El Diario del Bebé.
Además de realizar las tareas domésticas, un gran número de mujeres desarrollan una labor profesional fuera de casa. En principio, embarazo y trabajo no son incompatibles; es más, esta circunstancia nos puede ayudar a distraernos si tenemos tendencia a una excesiva preocupación por nuestro nuevo estado.
Ante cualquier síntoma de alarma será el ginecólogo quien valorará la necesidad de dar la baja antes de la fecha probable de parto.
Si las actividades del trabajo pueden poner en peligro al bebé, será posible solicitar la incapacidad temporal. Se consideran actividades de riesgo las relacionadas con productos químicos tóxicos, radiaciones ionizantes, riesgo de contraer infecciones (personal sanitario) o un esfuerzo físico excesivo. Plantearemos nuestras dudas al ginecólogo para que pueda asesorarnos.
Se contemplan las ausencias del trabajo para ir al médico o a los cursos de preparación al parto. Es importante pedir el justificante por si la empresa nos lo solicita. Para más información, resultará útil consultar el convenio colectivo.
Según cuál sea la actividad profesional que realicemos deberemos modificar la postura en algunas actividades. Tan negativo es permanecer mucho tiempo sentada como estar todo el día de pie. En el primer caso conviene levantarse y caminar un poco, aproximadamente cada hora. Nos sentaremos de forma correcta en una silla cómoda, con la espalda bien erguida, las piernas ligeramente separadas y a ser posible con los pies en alto (o reposapiés). En el caso contrario, sentarse y elevar los pies unos minutos nos ayudará a reducir la hinchazón de pies y tobillos.
Beberemos mucha agua, yendo al baño tantas veces como necesitemos. De esta manera también estiraremos las piernas. El calzado cómodo y la ropa amplia también ayudan a aliviar la tensión en las extremidades. En la medida de lo posible procuraremos hacer comidas regulares. Comer a menudo y en pequeñas cantidades suele ser un remedio eficaz contra las bajadas de azúcar y las náuseas.
Intentaremos evitar las situaciones de estrés. Si no es posible, lo combatiremos con estiramientos, ejercicios de respiración, yoga o dando pequeños paseos. Pensar que hoy por hoy lo más importante somos nosotras y nuestro bebé, nos ayudará a descansar siempre que podamos y priorizar para procurar estar lo más tranquilas posible.
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