Podemos encontrarnos tantas circunstancias distintas como mujeres, pero lo que es evidente es que si estamos embarazadas o tenemos un bebé (o ambas cosas) nos resultará complicado compaginar la jornada laboral con las tareas domésticas, pasar un rato con los niños, con nuestra pareja y encima dormir las horas suficientes para cuidar de nosotras y del futuro bebé.
Esta misión imposible resultará más fácil si priorizamos, repartimos tareas, delegamos y, sobre todo, nos organizamos y planificamos muy bien. Tener niños pequeños supone asumir que nunca estará todo en su sitio pero tampoco hay que resignarse a vivir en una leonera. Nos propondremos metas realistas con un horario determinado para las tareas y otro para el tiempo libre.
Si estamos embarazadas priorizaremos e intentaremos descansar un rato a lo largo del día. Lo ideal sería poder echarnos una siesta después de comer. Tendremos siempre presente vigilar las posturas y no coger peso. En caso de estar esperando nuestro segundo o tercer hijo, probablemente estaremos más cansadas pero nos generará menos estrés tenerlo todo a punto para la llegada del bebé, ya que podremos aprovechar muchas cosas y contamos con la valiosa experiencia a nuestras espaldas.
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El diario del bebé